Entidades sociales, patronales, partidos políticos y distintos colectivos de Barcelona han mantenido contactos durante las últimas semanas para estudiar la coyuntura política catalana y tratar de encontrar una solución al conflicto político que lastra la economía y la política. En estas conversaciones han participado pequeñas formaciones de nuevo cuño, que le han hecho saber a patronales y foros de influencia su preocupación por la situación política. Uno de los primeros think tanks a los que se hizo saber esta preocupación fue Fomento, aunque también ha habido contactos con corporaciones financieras y círculos de empresarios.
LAS CENIZAS DE CiU RESURGEN
En estos contactos han tenido un papel protagonista los partidos Convergents, Lliures y Units per Avançar, todos ellos nacidos de las cenizas de CiU. Los dos primeros surgieron de Convergència y están liderados respectivamente por Germà Gordó y por Antoni Fernández Teixidó. El último fue creado tras la disolución de Unió Democràtica y está liderado por Ramon Espadaler. También ha habido contactos con actuales dirigentes del PDeCAT descontentos con la deriva unilateralista y radical de la formación postconvergente y de la deriva imprimida por el huido Carles Puigdemont.
Según ha podido conocer Metrópoli Abierta, se ha consultado también a exdirigentes de CiU sobre posibles soluciones y cómo articular una gran oferta de nacionalismo moderado que vuelva a poner al catalanismo y a Barcelona en el centro de la política catalana. Entre los nombres contactados figuran Josep Antoni Duran i Lleida y Miquel Roca.
LA RECONQUISTA DEL CENTRO
Las conversaciones tratan de diseñar una operación de “reconquista” del espacio catalanista moderado que durante décadas fue ocupado por Convergència i Unió (CiU). “Los tres partidos que estamos en contacto abarcamos este espacio de centro amplio. Estamos convencidos de que es una fórmula de éxito y en eso trabajamos”, explica a este diario una fuente que participa en las reuniones.
Los contactos se intensificarán en cuanto pase todo el bullicio de las elecciones municipales. “Los resultados de Barcelona serán cruciales para saber qué estrategia debemos encarar para recuperar ese centralismo catalanismo que siempre nos había dado buenos resultados y que nos había permitido construir una economía sólida y una sociedad cohesionada”, subrayan las fuentes consultadas.
Este nuevo centro no renunciaría a la independencia, pero se muestra contrario a la unilateralidad. “Sabemos que hay dos tercios de la sociedad que está a favor del derecho a decidir. Pero no hay quien recoja esa aspiración de manera prudente. Por eso, es evidente que falta un centro catalanista y nosotros aspiramos a recuperarlo y a ponerlo en marcha”, explican desde los partidos que impulsan esta estrategia.
DE ACUERDO CON ICETA
Aseguran también que un gran partido que aglutine esta sociedad partidaria del derecho a decidir podría reconducir la situación. “Y con una mayoría suficientemente amplia, podríamos plantearnos la realización de una consulta. De hecho, no estamos muy lejos de la propuesta que hizo el líder del PSC, Miquel Iceta, cuando planteó que, con una amplia masa social, habría que plantearse el referéndum. En cierto sentido, estamos todos de acuerdo”, añaden.
Los participantes en este proyecto comenzarán a hablar en breve porque quieren estar preparados para poder optar con esa plataforma de centralidad política en las próximas elecciones autonómicas. “Aunque no hay fecha para las elecciones, hay quien habla del otoño y hay quien habla de la primavera del año que viene. Lo cierto es que, si podemos, querríamos tener ya un proyecto con cara y ojos para antes de finales de año”, aseguran.
VOLVER A UNIR PIEZAS DE CONVERGÈNCIA
Una de las principales dificultades es la de volver a reunir las piezas de la antigua Convergència. Reconocen que la diversidad de siglas es un problema, “aunque no insalvable”. Pero si se ha de presentar un proyecto sólido, se ha de hacer con el menor número posible de siglas. Si cada uno de los partidos que participan seguirá teniendo su propina carta de naturaleza dentro de ese gran centro es una cuestión de segunda categoría, afirman los impulsores de esta estrategia. Y se discutirá en su momento cómo se integrará cada una de las corrientes o cada uno de los partidos que participan. “Lo importante es que nos sentemos y que seamos capaces de volver a caminar juntos y volver a ilusionar a la gente”, afirman.