La inseguridad es el gran problema de Barcelona. Según el último barómetro del Ayuntamiento, dos de cada tres vecinos están muy preocupados por el aumento de los delitos en la capital catalana. Luz Guilarte, la líder de Ciutadans, acusa a Ada Colau de no tener un plan para la ciudad y de ser víctima de sus perjuicios ideológicos. En esta segunda entrega de la entrevista concedida a Metrópoli Abierta, Guilarte advierte de que no hay buena sintonía entre la alcaldesa y Albert Batlle, el nuevo teniente de alcalde de seguridad.
¿Cuáles son las principales medidas que Ciutadans ha propuesto a Albert Batlle para reconducir el problema de la seguridad en Barcelona?
Le exigimos, sobre todo, un mensaje consensuado que no existe en este momento en el gobierno de Colau y Collboni. También pedimos firmeza, responsabilidad y tolerancia cero contra el incivismo y la intolerancia. Colau ha sido permisiva con quienes no cumplen las leyes y, sin embargo, se ha dedicado a sancionar y a criminalizar a quienes la cumplen. La gestión no es lo suyo. En seguridad seremos proactivos, haremos análisis de los problemas, hablaremos con los expertos y con los vecinos, no daremos la espalda a los agentes sociales... Hay una falta de afección entre Colau y los barceloneses, y nosotros propondremos soluciones. Se lo daremos hecho. Facilitaremos los proyectos de gestión para que solo tenga que implementarlo. Las problemáticas difieren en función de los distritos. En Ciutat Vella, lamentablemente, se juntan muchos problemas: robos, drogas, violencia, etcétera.
"Queremos apoyar a la Guardia Urbana, que debe volver a ser un cuerpo respetado y tener las herramientas humanas y materiales necesarias"
¿Cuáles son los principales ejes de su plan de seguridad?
En primer lugar queremos erradicar el top manta y la venta ilegal de productos falsificados. También apostamos por medidas disuasorias para que las mafias y los delincuentes no tengan tantas facilidades para ocupar una vivienda. En tercer lugar queremos apoyar a la Guardia Urbana, que debe volver a ser un cuerpo respetado y tener las herramientas humanas y materiales necesarias. En los últimos años se ha desprovisto a la Urbana de la autoridad que tenía, intentando desmantelar algunas unidades. Impulsaremos campañas de apoyo al civismo en el ámbito de la seguridad y la vivienda.
¿Barcelona tiene también un problema con los menas?
Sí. Debemos encarar la problemática de los menores no acompañados con un enfoque muy transversal, porque ni la Generalitat ni el Ayuntamiento han dado respuestas. Los hemos tenido abandonados durante meses, acampados en Montjuïc. Las administraciones eran conscientes porque los vecinos lo denunciaban. Se genera un efecto llamada. Estos menores han sido abandonados a su suerte en Barcelona y se les aboca a determinadas conductas.
¿Cuántos policías necesita Barcelona para combatir la actual inseguridad?
En Barcelona se necesitan 2.000 agentes más de la Guardia Urbana para cubrir las necesidades de la ciudad. Colau intentó desmantelar unidades. Con las plazas que se han convocado, solo se han cubierto las jubilaciones. Ahora tenemos un déficit importante de efectivos. El señor Batlle me comentó que ha pedido 1.000 mossos más al señor Buch en los próximos cuatro años, pero a estos efectivos hay que formarlos. No podemos llegar a final de mandato con esos mil efectivos únicamente. En Ciutadans somos partidarios de que se utilicen todos los recursos policiales, pero Barcelona debe evitar el sectarismo político del que hace gala la señora Colau e impregna todas sus políticas. A los ciudadanos les da igual el color los uniformes, simplemente quieren presencia policial en las calles.
¿Hay descoordinación entre los distintos cuerpos?
Los cuerpos policiales hacen lo que pueden con los medios que tienen. La descoordinación y la falta de apoyos se debe a los mandos políticos. Ahí está la complejidad para el buen funcionamiento. Hay un sectarismo político que perjudica la gestión de la seguridad. Barcelona es la ciudad más insegura de España, con el triple de delitos de Madrid. Sé que la voluntad del señor Batlle es buena, pero al otro lado de la mesa tiene un problema. Los comunes abordan la seguridad como un problema ideológico cuando debería estar por encima de cualquier posicionamiento o dogma.
"La voluntad de Batlle es buena, pero al otro lado de la mesa tiene un problema; los comunes abordan la seguridad como un problema ideológico"
Colau dice que Barcelona no tiene un problema de seguridad y denuncia una campaña de desprestigio contra su persona.
Colau nunca aporta nada y solo se queja de los demás. Nunca está para resolver los problemas. Se ha dedicado a dar subvenciones a los suyos, promocionar su imagen política y quejarse de los demás. Es muy fácil quejarse y no hacer nada. Su filosofía política es echar balones fuera, dejar que las cosas sucedan y se autorregulen. Esa filosofía activista a la hora de gestionar es absolutamente incompatible con el orden, con el concierto y el buen desarrollo. Colau no ha aprendido. Ha tenido tiempo porque en cuatro años puedes sacarte una carrera, pero no lo ha hecho. Con los asesores y funcionarios que tiene, podía haber hecho mucho, pero no tiene ganas de aprender. Cuatro años más de Colau pueden suponer un gran retroceso para Barcelona.