Barcelona necesita un gobierno estable. Un gobierno que gestione las necesidades reales de una ciudad poliédrica en la que conviven todas las tendencias políticas y gentes de procedencia muy diversa.
Capital de Cataluña, Barcelona no puede ser la eterna víctima del proceso soberanista. Barcelona necesita políticas económicas eficaces y, sobre todo, medidas drásticas para acabar con tanta inseguridad, con tantos delitos y muertes violentas. Dos de cada tres barceloneses, según el último Barómetro del mismo Ayuntamiento, percibe que su ciudad es insegura.
Barcelona también necesita un gobierno estable. La alianza Colau-Collboni tiene muchas grietas. Hay discrepancias personales e ideológicas importantes. Las actuales tensiones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pueden tener consecuencias a medio plazo.
Barcelona tiene que superar las eterna división entre independentistas y constitucionalistas. El futuro de la ciudad podría estar en manos de Junts per Catalunya. Tal cual. ¿Por qué no un gobierno liderado por Collboni con Ciudadanos, Manuel Valls, Junts per Catalunya y PP de socios? Sumarían 21 de los 41 concejales del Ayuntamiento.
Sin Colau, Barcelona sí tiene futuro.