Entre las reivindicaciones históricas de los vecinos de Baró de Viver se encuentra la recuperación del estadio de fútbol que perdieron en 1985. Durante más de 30 años los residentes reivindicaron la construcción de un estadio que se había convertido en un símbolo del barrio y, en 2017, el Ayuntamiento anunció que el proyecto se materializaría.
En primera instancia, el consistorio apuntó a que las obras se iniciarían previsiblemente en el tercer trimestre de 2018 y finalizarían en la primavera del presente año. Inicialmente también se habló de que la actuación costaría "aproximadamente dos millones de euros". La realidad es que no se ha cumplido ninguna de las previsiones.
INCREMENTO DEL COSTE
A principios del pasado año el Ayuntamiento tasó el futuro estadio en 2.796.923,21 euros, financiados mediante una inversión del Plan de Barrios. El inicio de los trabajos, además, se aplazó al mes de abril.
A finales de este enero, el consistorio dio luz verde a la modificación del proyecto ejecutivo del campo de fútbol, incrementando su coste hasta los 3.127.313,92 euros. Este aumento se justifica en cambios en los materiales y equipos de instalación para "atender a nuevos requerimientos, rendimientos y eficiencia energética, y en la modificación del sistema de fundamentación profunda de la edificación".
UBICACIÓN Y CARACTERÍSTICAS
La instalación se ubicará en la confluencia de las calles de Ciutat d'Asunción y de Tucumán, a escasos metros de la nueva comisaría que tendrá la Guardia Urbana en Sant Andreu.
El estadio será un campo básico polideportivo, ya que su uso será para la práctica de fútbol, fútbol 7 y hockey. Así, el verde compuesto por césped artificial dispondrá de 105 metros de largo y 63 de ancho, que se reducirán a 100x60, 91,4x55 y 60x30 en función del deporte que se practique.
El equipamiento contará con espacios complementarios más allá de los deportivos, cubriendo así la demanda requerida para la competición profesional de fútbol y hockey.
CAMPO PROPIO
La finalización del estadio será un alivio para el Club F. Besòs-Baró de Viver. Hasta la fecha, continúa viéndose obligado a jugar en campos ajenos cuando defienden la camiseta como equipo local, lo que ha llegado a ocasionarles algunos problemas y la molestia del desplazamiento.
Buen ejemplo de ello se produjo el pasado 15 de febrero, en el encuentro que enfrentó al combinado de Sant Andreu con el FC Levante Las Planas. Los locales tuvieron que desplazarse al Campo Municipal de Fútbol Trinitat Vella, un estadio en el que tan solo funcionaban cinco focos de los 16 existentes. Este desperfecto se tradujo en una multa para el equipo y un aviso que, en caso de que se reitere, podría finalizar con la expulsión del club de la competición. Una situación que se evitará si el equipo puede recuperar, al fin, su terreno de juego.