El Instituto Municipal de Informática (IMI) ha aprovechado la crisis sanitaria del coronavirus para oponerse al día. La pandemia fue la causante de algunas actuaciones extraordinarias, como la desinfección de espacios o la compra de material de protección, pero los responsables municipales aprovecharon la situación para realizar otras compras sobre suministros que, de lo contrario, deberían haber esperado a tener sus correspondientes dotaciones.

Así, bajo el paraguas de contratación de emergencia, por ejemplo, se han comprado ordenadores y programas, necesarios para dotar a los empleados municipales de las herramientas necesarias para poder teletrabajar durante el estado de alarma, ya que las redes del consistorio barcelonés se colapsaron el pasado mes de abril, al no poder absorber todas las conexiones que hacían los trabajadores desde sus casas. El decreto del Gobierno sobre la alarma permite a las Administraciones contratar servicios o equipamientos por la vía de urgencia sin necesidad de convocar concursos o de abrir licitaciones públicas, atendiendo a la urgencia de la situación.

Aprovechando las circunstancias, pues, el IMI compró un total de 177 ordenadores portátiles Toshiba. El director de Operaciones y Sistemas, Jordi Cirera, elaboró un informe sobre el particular en el que se amparaba en la emergencia de la situación. “Se necesita adquirir equipos portátiles para dotar de equipamiento informático a trabajadores municipales para poder acceder remotamente a los servicios informáticos corporativos, ubicándose dentro del ámbito de aplicación de la declaración de emergencia”, dice el citado informe.

COLAPSO DEL SISTEMA

De ese modo, continúa el texto, “estos equipos permitirán a los trabajadores municipales a los que se asignen no tener que desplazarse a su puesto de trabajo habitual para atender a las medidas de prevención de contagios de la ciudadanía y del personal del Ayuntamiento”. El contrato, otorgado directamente sin licitación, fue para la empresa Servicios Microinformática, que trabaja a menudo con la Administración local. El monto de la operación fue de 199.762,53 euros.

Paralelamente, el Instituto aprovechó para comprar hardware y software para la puesta en marcha de una nueva plataforma para realizar conexiones VPN de forma segura, ya que con la adquisición de los nuevos ordenadores se colapsó el sistema del IMI. Una VPN es una tecnología que permite conectar varios ordenadores conectarse a un servidor a través de Internet. En este caso, los funcionarios pueden acceder a las bases de datos y servidores del Ayuntamiento desde sus casas.

DESBORDADOS EN LAS REDES

Así, otro informe de Cirera señala que “actualmente, la forma que tienen los trabajadores municipales que disponen de portátil corporativo es conectarse a través de un software VPN contra una plataforma que realiza un túnel seguro que le provee acceso a los recursos corporativos como si estuviesen trabajando en las oficinas. Esta plataforma se ha visto incrementada por 7 en su utilización y actualmente no puede crecer más. Se ha llegado al máximo de los recursos hardware que la máquina puede proveer. Este hecho provoca que la actual plataforma no pueda absorber las conexiones de las nuevas compras de portátiles con imagen corporativa que se están realizando y que están creciendo de forma muy elevada”.

Señala también el texto que gracias a esta herramienta “los trabajadores municipales con ordenador corporativo pueden realizar teletrabajo y no han de desplazarse a sus puestos de trabajo habituales”. Para ello, se compraron también 200 licencias de VSSL, ya que las que tiene el IMI “se encuentran limitadas en el tiempo y están muy próximas a su fecha de finalización”. El encargo se le hizo el pasado 14 de mayo a la firma Unitronics Comunicaciones por un monto total de 299.974,85 euros.

ATENCIÓN AL USUARIO COLAPSADA

El Instituto también sacó al mercado el servicio de atención al usuario. Un informe del director de Operaciones y Sistemas recalca que el IMI “necesita un refuerza para el servicio de atención telefónico del Servicio de Atención al Usuario. La causa de esta necesidad es que el 16 de marzo de 2020 muchos usuarios del Ayuntamiento de Barcelona trabajan con acceso remoto desde fuera del Ayuntamiento. Esto provoca, inevitablemente, un incremento de llamadas con usuarios que necesitan ayuda bien porque tienen problemas de acceso remoto a sus herramientas o bien porque necesitan que les ayuden para usar un sistema que nunca antes habían hecho servir”.

Así, el IMI reclamó un servicio externo entre el 23 de abril y el 31 de mayo para atención telefónica (“por el desbordamiento del equipo titular” y para ayudar en el registro de incidencias y peticiones de los usuarios”) que estuviese formado por cinco técnicos. El contrato se lo llevó la empresa Econocom Servicios por 17.527,50 euros.

DESINFECCIÓN DE DOS PLANTAS

Una de las actuaciones llevadas a cabo con motivo del virus fue la desinfección de dos plantas den las instalaciones que el IMI tiene en la Avenida Diagonal 220 de Barcelona, una labor realizada por la empresa Limptres, que cobró solo 1.014,71 euros por ello. Un informe firmado por la directora de Calidad y Seguridad, Ana Bastida, explica que a principios de abril, varios trabajadores de este organismo “presentaron síntomas compatibles con el Covid-19”, por lo que era preciso la limpieza y desinfección puntual de las instalaciones, lo que ser llevó a cabo inmediatamente.

Un par de semanas más tarde, la jefa de Recursos Humanos, Pilar Tesouro, firmaba otro informe reclamando la compra de equipos de protección individual “para atender las medidas de prevención de contagios de la ciudadanía y del personal del Ayuntamiento en aras de conseguir el correcto funcionamiento inaplazable de los servicios municipales”. Así, ordenaba la compra de guantes, gel hidroalcohólico y pañuelos de un solo uso. El material, suministrado por la empresa Profinsa y Suministros, costó 1.313,94 euros.

El IMI también fue el encargado de instalar una red de comunicaciones electrónicas complementaria a la red del Hospital del Mar en el Pabellón Claror Marítim para dar cobertura tanto al personal médico (para consultas de historial médico) como a los pacientes, para que pudieran comunicarse con el exterior sin colapsar la red. Este cometido fue encargado a mediados del mes de abril a la empresa Impala Network Solutions por 7.614,42 euros.

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