La postulación del quinto teniente de alcalde y responsable de seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, a liderar un proyecto catalanista no independentista para Cataluña pilló con el paso cambiado a la cúpula municipal. Batlle, que había tenido cargos de responsabilidad en el PSC y en el Ayuntamiento bajo el mandato de Pasqual Maragall (y luego en la Generalitat), abandonó las filas socialistas y se apuntó a Units per Avançar, el partido heredero de Unió Democràtica de Catalunya (UDC). Como representante de esta formación, concurrió en coalición con el PSC, su antiguo partido, a las últimas municipales.
Por sorpresa, esta semana dejó caer su predisposición a levantar el vuelo y a liderar un proyecto que supondría dar un salto de la política municipal a la política autonómica. Su jefe de filas, el primer teniente de alcalde Jaume Collboni, le advirtió que si se postula como cabeza de lista en alguna coalición a las próximas autonómicas, debería dejar al acta de concejal. Pero eso no parece preocupar al bregado edil.
“Batlle decidió hacer esa propuesta públicamente por una sencilla razón: este sábado echa a andar el Partido Nacionalista Catalán (PNC), que liderará Marta Pascal. Son los herederos de la antigua Convergència, que pretenden copar el segmento de voto catalanista no unilateralista. Pero en ese segmento también se mueve Units per Avançar. Por tanto, la intención era darle un toque de atención a Pascal y decirle que aquí también hay otros actores dispuestos a jugar”, explica a Metrópoli Abierta una fuente cercana al PNC.
TODOS LE PRETENDEN
A Batlle no le desagrada la política municipal, pero ahora tiene la oportunidad de tener un protagonismo en la autonómica. En el confuso sector del catalanismo hay otras formaciones como Lliures, Convergents o la Lliga Democràtica que también estarían dispuestos a tenerle como aliado.
Jaume Collboni con Albert Batlle y Laia Bonet
“No vemos a Albert Batlle un mal candidato. Es un buen gestor, lo ha demostrado, tanto en la Generalitat como en el Ayuntamiento. Además, tiene la suficiente experiencia como para no poner en duda su capacidad”, dice una fuente catalanista. Otra fuente explica que “el nombre de Batlle suena hace tiempo para incorporarse a algún proyecto que trasciende el ámbito municipal. Reúne los requisitos de buena gestión y acreditada experiencia y suscita consenso entre todas las fuerzas no independentistas”.
En ese sector, en cambio, hay también alguna reticencia, como el hecho de que los herederos de Convergència, es decir, el PNC, prefieran jugar una baza limitada, descartando a todos excepto a Units per Avançar. Eso implicaría poner en marcha una operación para resucitar la coalición de Convergència i Unió (CiU), ya que son los representantes de los partidos herederos de esas dos formaciones quienes estarían moviendo de nuevo el tema. “Hemos hablado con Batlle y con Ramón Espadaler”, admite un dirigente de una de las fuerzas que estará interesada en participar en ese frente post-CiU. Espadaler, exconsejero y exlíder de UDC, es ahora la cabeza visible de Units.
HACER MOVER A MARTA PASCAL
De momento no hay nada cerrado, aunque las conversaciones entre Units y Lliures, Convergentes y la Lliga han sido positivas. “Batlle no ha decidido aún si deja la policía municipal, aunque sabe que un proyecto de futuro que una sólo a PNC y Units está condenado al fracaso. Es consciente, además, de que necesita un frente mucho más amplio y en eso está trabajando. Pero, en cierto modo, su estrategia choca con la de Marta Pascal, que es más excluyente y que quiere apostar por una línea independentista dura aunque renunciando a la unilateralidad. Él lo sabe y por eso es muy cauto. Su experiencia le hace ir con pies de plomo y lo que intenta él y su equipo es llevar a Pascal a terrenos más moderados y posibilistas”, dice una de las personas que le trata de cerca.
En los círculos cercanos al responsable de seguridad municipal no se da nada por cerrado. “Albert podría optar a ser el candidato de ese catalanismo no independentista en las próximas elecciones autonómicas”, admite una persona de su entorno. Pero si la jugada sale mal, el proyecto no cuaja y se pega un porrazo electoral, “no se quedará tirado. Batlle es un valor en alza y no es desdeñable que lo podamos volver a ver otra vez en las filas socialistas, en las que dejó buenos amigos y buenas sensaciones por su trayectoria. Su saber hacer y su experiencia le hacen la pieza perfecta para que pueda ser utilizado tanto por una fuerza nacionalista como por una fuerza constitucionalista”.