La negativa del gobierno de Ada Colau con el Hermitage lleva camino de convertise en otro culebrón de la política municipal. Este martes, la polémica se ha debatido de nuevo en la comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes. El grupo de Barcelona pel Canvi, que forman Manuel Valls y Eva Parera, han pedido la comparecencia del teniente de alcaldía de Cultura, Joan Subirats. Junts per Catalunya ha planteado la celebración de un referéndum y que sea la ciudad quien decida si quiere el equipamiento en la Barceloneta.

"Convoquen un referéndum y que la ciudad decida", ha dicho el concejal de JuntsxCat y exconseller de Cultura, Ferran Mascarell. "Es una posibilidad. Si no, no sé cómo saldrán de esta situación. Se está malmetiendo la reputación de la ciudad y están malmetiendo sus propias políticas culturales... Dejen que los promotores y el Port se pongan de acuerdo, y presenten a la ciudad un proyecto cerrado que nosotros podamos poner evaluar y poner condiciones", ha añadido Mascarell.

MESES SIN REUNIONES CON LOS PROMOTORES

En su comparecencia, Subirats ha reconocido que lleva meses sin reunirse con los promotores, la sociedad Museo Hermitage Barcelona, formada por el fondo de inversión Varia Hermitage Barcelona (80%) y Cultural Development Barcelona (20%), mercantil del empresario ruso Valery Yarolaski y del arquitecto Eugenio Ujo Pallarès. Sí lo ha hecho, en cambio, recientemente con la presidenta del Port del Barcelona, Mercè Conesa, que ya dijo que luchará para que la filial del museo pueda instalarse en los terrenos de la nueva bocana, muy cerca del Hotel Vela. Subirats no ha avanzado cómo fue el encuentro con Conesa.

La reunión que ha mencionado Subirats se celebró el pasado viernes, y no por iniciativa de los comunes. En la misma participó Jaume Collboni, el líder del PSC, que busca una salida dialogada que evite que el tema acabe en los tribunales de justicia.

LA POSTURA DEL PSC

Según ha podido saber Metrópoli Abierta, los promotores del Hermitage mantienen su negativa a una nueva ubicación. Ésta es la fórmula que defiende el PSC, que aboga por redimensionar el proyecto. Los socialistas tienen una buena sintonía con Conesa y mantienen abiertas las negociaciones. Los comunes, en cambio, se oponen a la construcción del Hermitage Barcelona por cuestiones meramente ideológicas.

Los comunes se oponen al proyecto en este emplazamiento por razones de seguridad y de movilidad. Argumentan, entre otros aspectos, que la zona no es la más adecuada porque la estación de metro más cercana se encuentra a más de un kilómetro y la afluencia de gente generaría muchos problemas de circulación en la Barceloneta. Se da la circunstancia de que el pleno municipal, ya con Colau de alcaldesa, aprobó el 27 de abril de 2018 el Plan especial urbanísitico para hacer en los terrenos de la nueva bocana del Port un equipamiento cultural, concretamente el Hermitage.

AMBIGÜEDAD DE SUBIRATS

La regidora de Barcelona pel Canvi, Eva Parera, ha criticado la ambigüedad de Subirats con el Hermitage este martes en la comisión. "Si no quieren el proyecto, díganlo claro, y si se quiere, se busca una solución". Casi la oposición en pleno ha criticado el papel del PSC, ahora socio de Colau en el gobierno de la ciudad, que guarda silencio. Hace dos años, cuando estaba en la oposición, criticaba las trabas de los comunes al proyecto.

Desde las filas de Ciutadans, Marilén Barceló, ha recordado que este museo supondría una inversión de 50 millones y 400 puestos de trabajo. En el último pleno, el concejal del PP, Óscar Ramírez, recordó que el proyecto cumple con todos los requisitos legales y urbanístico y que la ciudad podría verse obligada a indemnizar a los promotores. La sociedad impulsora del museo ya ha dicho que presentará una reclamación si se veta de forma definitiva el Hermitage.