Dato irrefutable. El 69% de los barceloneses rechaza la nueva tasa de residuos con el que el gobierno de Ada Colau castiga a los barceloneses en plena pandemia.
El impuesto se cobra a través del recibo del agua desde este verano. Barcelona es la única ciudad de las 23 que gestiona Aigües de Barcelona en el área metropolitana en la que se paga dos veces por los residuos, una por el tratamiento de los residuos (tasa metropolitana) y otra por la recogida (tasa municipal).
La encuesta que arroja esta abultada opinión en contra de la tasa de Colau la ha hecho el Instituto Factual de Investigaciones Sociológicas Avanzadas (Ifisa) sobre una muestra de 1.000 ciudadanos entre 18 y 65 años.
SOLO EL 8% A FAVOR
Solo el 8% de los encuestados del estudio, realizado durante la primera semana de septiembre, se ha pronunciado a favor de la tasa. El 23% restante dice desconocer la nueva medida, según un comunicado de Ifisa recogido por Europa Press.
El Ayuntamiento aprobó la tasa en el pleno municipal del pasado 28 de febrero. La medida contó con los votos favorables del gobierno municipal, formado por Barcelona en Comú y PSC, y de ERC. El resto de fuerzas -JxCat, Ciutadans, PP y Barcelona pel Canvi- votaron en contra.
40 MILLONES DE RECAUDACIÓN ANUAL
La puesta en marcha de esta tasa ha supuesto un fuerte incremento del recibo de agua y ha creado un fuerte malestar ciudadano en plena crisis social y económica tras la primera oleada del coronavirus.
Teóricamente, los barceloneses pagarán entre 27 y 51 euros anuales, entre 2,25 y 4,25 mensuales por la tasa de recogida de residuos, aunque algunas de las facturas a las que ha tenido acceso Metrópoli Abierta muestran importes muy superiores, que llegan a los 26,10 euros por la tasa en dos meses.
Según fuentes de JuntsxCat, la previsión del gobierno municipal es recaudar unos 40 millones anuales con la nueva tasa. Este año, el impuestazo de Colau podría dejar alrededor de 18 millones a las arcas municipales, dado que se empezó a cobrar en julio.