Seis años después de alcanzar la alcaldía de Barcelona, Ada Colau ha fracasado en el intento de "fiscalizar" Turisme de Barcelona, el consorcio que promociona la ciudad dirigida a los visitantes. El cambio de los estatutos del organismo publicado esta semana mantiene el equilibrio de poder entre el sector público y privado: un 45% para el consistorio, un 45% par la Cámara de Comercio de Barcelona y un 10% para la Fundació Barcelona Promoció, una entidad de hoteles.
El partido de Colau (Barcelona en Comú), el PSC y ERC acordaron en pleno en abril la renovación del documento con la voluntad de mejorar el control público de la institució. El sector hotelero celebra que se haya podido "salvar la naturaleza público-privada"de Turisme, según avanza este domingo Crónica Global.
CONTROL 'A POSTERIORI'
El digital subraya que el gobierno municipal seguirá controlando el gasto del organismo de promoción del turismo, aunque lo hará a posteriori y no a priori. La alcaldesa se presentó a las elecciones de 2015 prometiendo una mayor fiscalización del ente para "cumplir la ley". Durante su primer mandato, el consistorio planteó una batalla con el consorcio mientras que la CUP presionaba para intervenir.