La incorporación de nuevo personal y el lógico desgaste del material de los trabajadores del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS) ha obligado al Ayuntamiento de Barcelona a mover ficha y a comprar material con el que suplir el desgastado y afrontar las incorporaciones que se puedan producir durante los próximos meses a este servicio. Así, la gerencia de Seguridad y Prevención sacó a licitación un concurso para surtir de cascos a su plantilla.

El SPEIS tiene aproximadamente unos 700 trabajadores. “En los próximos años, hay que incorporar personal nuevo para cubrir los mínimos establecidos y las jubilaciones del personal del SPEIS. También hay  que renovar todos los cascos que no den garantías de seguridad debido al desgaste, rotura de alguna de las piezas o pérdida de propiedades físicas y químicas de la composición de los materiales”, relata un informe de necesidad elaborado por los técnicos municipales para justificar el concurso.

A 432 EUROS POR CASCO INTEGRAL

A la licitación se presentó solamente la empresa Iturri, que se llevó el contrato por un monto total de 152.965 euros. La duración del mismo es de cuatro meses a partir de este mes de julio. En ese periodo, debe suministrar un número indeterminado de cascos integrales a un precio de 432,58 euros unidad. Los cascos ligeros, por su parte, tendrán un precio de 186,34 euros, aunque se adaptarán las necesidades habidas al suministro de cada uno de los tipos de material, sin que se haya especificado, en principio, cuántos cascos de cada modelo se han de adquirir.

Bomberos de Barcelona trabajando en un incendio en Collserola / BOMBERS



Para cubrir las necesidades, se necesitan dos tipos de cascos: los integrales y los ligeros. “El casco es un equipo de protección individual, en adelante EPI, de categoría III conforme el reglamento UE 2016/425. Este EPI es personal e individual para cada trabajador y se utiliza en todos los servicios. Cada bombero tiene un casco ligero (casco polivalente) y un casco integral (casco estructural)”, añade el informe antes aludido. Los materiales suministrados tendrán un perímetro craneal de entre 52 y 65 centímetros y su peso debe rondar los 750 gramos.

CARACTERÍSTICAS DETERMINADAS

El casco integral tiene unas características muy determinadas, previstas estrictamente en la normativa comunitaria y ha de adaptarse a la misma. “El casco integral, como EPI, debe ser apto para ser utilizado en las actividades propias de los bomberos, como la lucha contar los incendios estructurales, los accidentes de tráfico, operaciones de rescate y las otras labores que se desarrollan en las intervenciones”, señala el texto municipal.

Este casco debe proteger “la cabeza, la nuca y los ojos ante riesgos de tipo térmico y mecánico. Debe ser compatible con otros EPI, como la máscara y el protector de nuca y, además, permitir el acoplamiento de accesorios como el lote y el sistema de comunicación craneales. Dispondrá de gafas de protección y pantalla facial, que estarán integradas en el casco una vez que estén recogidos”. La máscara, también homologada, debe ir fijada al casco mediante unos anclajes de plástico regulables, “con la posibilidad de hacer el acoplamiento sin tener que quitárselo”. En cuanto a los aspectos ergonómicos, debe poderse adaptar a la cabeza de cualquier usuario sin que le produzca heridas o lesiones, “por lo que es necesario que se pueda regular el perímetro craneal, la inclinación del arnés de sujeción y la sujeción con la parte posterior de la nuca. Se fijará la cabeza mediante un barboquejo que se acoplará mediante una pieza de plástico cuya longitud debe ser regulable”.

Un bombero de Barcelona durante un servicio / TWITTER BOMBERS BCN



CASCOS IDENTIFICADOS INDIVIDUALMENTE

Los cascos deben llevar la identificación de su dueño, con una etiqueta donde consta el nombre y el número de trabajador, un adhesivo histórico del cuerpo de Bomberos y el color del mismo depende del grado de mando del usuario: puede ser blanco, gris claro, azul, rojo y negro. Las fornituras y hebillas, así como las demás piezas de sujeción, no podrán ser metalizadas. También deben llevar una pieza parietal a cada lado para anclar máscara del equipo de respiración autónoma y un accesorio para poder montar una linterna.

El protector de nuca debe ser de doble capa con acabado exterior de aluminio e interior resistente al fuego, pero tienen que ser laminados. “Puesto que muchas veces el bombero/a trabajará en ambientes hostiles sin visibilidad y todos los objetos y elementos que sobresalen presentan el riesgo de engancharse y de recibir golpes no deseados, no podrán sobresalir del perímetro de la carcasa exterior más de un centímetro los sistemas de ajuste del arnés interior”, dice el informe del contrato. Con este material, el Ayuntamiento soluciona, al menos a medio plazo, el problema de material de protección del personal de una de las áreas más sensibles de la seguridad municipal.

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