David Bondia: un hombre de los comunes como síndic de Barcelona
El nuevo síndic es socio de Observatorio DESC, el laboratorio del que proviene Colau y parte de los altos cargos municipales
29 septiembre, 2021 00:00Noticias relacionadas
El nuevo síndic de Barcelona tiene mochilas ideológicas a su espalda. El sustituto de Maria Assumpció Vilà será David Bondia. Con 52 años, tiene una larga trayectoria de activismo, circunstancia que lo hizo idóneo para optar al cargo: sus relaciones con Ada Colau y el equipo de los comunes son excelentes (de hecho, son compañeros de batallas). Bondia llega, según la propaganda política de quienes le aúpan, con el halo de ganar unas elecciones populares… en las que obtuvo 1.414 votos de barceloneses (no hay que olvidar que la ciudad supera las 1,6 millones de almas), aunque su más directo competidor Ramon Nicolau sólo obtuvo 410 votos.
Ada Colau se aferró a esas elecciones -cuya legitimidad, si tenemos en cuenta la participación, es nula- para apostar claramente por Bondia, con quien comparte una larga trayectoria política. También ERC le apoya y su portavoz, Elisenda Alamany, llegó a apelar a que “no se puede tumbar en un despacho de partido al candidato más votado por la ciudanía”. Otra cosa es calibrar si 1.414 votos son representativos de la ciudadanía de Barcelona. En la votación de los grupos municipales, debía obtener 27 votos de los representantes de los partidos, que al final consiguió, al lograr el apoyo de los comunes, de ERC, del PSC y de Junts per Catalunya. El próximo pleno municipal lo consagrará en el cargo, tras ceder los socialistas y aceptar apoyarlo en última instancia.
VINCULACIÓN AL OBSERVATORIO DESC
Pero lo que parece desde fuera es que el clientelismo de los comunes se ha vuelto a hacer patente con la elección del nuevo síndic: el Observatorio DESC, del que proviene Ada Colau (y una parte importante del gobierno municipal de los últimos años) ha colocado otro peón en el tablero del ajedrez municipal: Bondia es presidente del Institut de Drets Humans de Catalunya (IDHC), una entidad muy activa en el sector de la izquierda combativa y socia del propio Observatorio DESC, junto al Centre de Drets Humans Iridia, a la Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC), a CCOO, al abogado Gonzalo Boye, director del equipo jurídico de Carles Puigdemont, y a su esposa, Isabel Elbal, entre otros. Al margen de la presidencia del IDHC, es doctor en Derecho y profesor de Derecho Internacional Público en la Universitat de Barcelona, además de miembro del patronato de la Fundació Solidaritat UB. También es miembro del equipo de trabajo del Mecanisme Català per la Prevenció de la Tortura, vicepresidente de Estructura de Drets Humans de Catalunya y vocal del Consell Català de Foment de la Pau.
Pero es su vinculación con el Observatorio DESC (por él pasaron Ada Colau, Gerardi Pisarello, Gala Pin, Marc Serra, así como algunos de los principales asesores y cargos estructurales del Ayuntamiento) lo que levanta más suspicacias. En el año 2015, el Observatorio DESC, donde ya estaba una Ada Colau como responsable del área de vivienda e impulsora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), realizó unas jornadas tituladas Defender y repensar los derechos sociales en tiempos de crisis. Algunos de los ponentes en esas jornadas eran la propia Ada Colau, Gerardo Pisarello, Vanesa Valiño (esposa del anterior y asesora en el Ayuntamiento), Jaume Asens, Zaida Muixí (pareja del exconcejal de los comunes Josep Maria Montaner)… y David Bondia, ya entonces director del IDHC.
UN INFORME A MEDIDA
La entidad de Bondia, en colaboración con DESC, el laboratorio de los comunes, había promovido poco antes el informe El derecho a la ciudad, en el que participaron Pisarello, Valiño, Montaner, Muixí, Colau y Jordi Borja, el creador de DESC y padre ideológico de todos ellos. Todos eran viejos amigos. Pisarello, Valiño y Bondia fueron ya ponentes del segundo curso de Derechos Sociales del IDHC, organizado en 2006. Se trata, pues, de la recurrente familia endogámica que conforma el núcleo duro de los comunes y que han comenzado a controlar los resortes del poder municipal.
Al IDHC también está vinculada Anaïs Franquesa, que pertenece a su junta directiva y que en 2015 puso en marcha el Centro Iridia. Este gabinete es el despacho de referencia de los alborotadores callejeros, que suelen llevar su número de teléfono por si son detenidos. Franquesa es exsocia y amiga personal de Jaume Asens, teniente de alcalde de Barcelona hasta las últimas elecciones municipales. Se da la circunstancia de que el IDHC e Iridia, entre otras, confeccionaron un informe titulado Violación de derechos civiles y políticos. Cataluña. Septiembre y octubre de 2017. En él, aportaban datos falsos sobre la actuación de las fuerzas policiales durante el referéndum del 1 de octubre, pero sus teorías sirvieron a la cúpula municipal para confeccionar un informe que denunciaba la represión del Estado español contra el independentismo. Ese informe fue entregado personalmente por el entonces teniente de alcalde, Jaume Asens, al vicepresidente del Parlamento Europeo en Bruselas el 9 de noviembre de 2017. Ese día, Asens se entrevistó con Carles Puigdemont.
‘GUERRA SUCIA’ EN 2016
El informe en cuestión fue elaborado por varias organizaciones, en concreto por seis. Bondia, casualidades de la vida, tenía relación directa o indirecta con, al menos, cuatro de ellas, lo que evidenciaba que los nombres aparentes no eran sino una pantalla para ocultar un informe realizado a medida de unos intereses políticos. Entre los redactores del informe se encontraban el IDHC, Iridia, pero también el colectivo Som Defensors (en el que participaban las dos entidades anteriores) y la plataforma LaFede.cat (en la que tanto Iridia como IDHC están federados).
El informe, sin embargo, sirvió a Asens para lanzar un torpedo a la credibilidad del Estado español. De hecho, el teniente de alcalde ya había intentado que David Bondia, con quien también compartía una larga trayectoria de activismo, fuese elegido síndic de Barcelona en el año 2016, aunque no pudo ganar a Vilà. Para promover la candidatura, los comunes organizaron una intensa campaña política en redes sociales promoviendo a su candidato de tal modo que en sólo unos días David Bondia, que era un candidato residual llegó a ponerse en segundo lugar, a poca distancia de Maria Assumpció Vilà. Una maniobra política que casi le salió bien. En otras palabras, se trató de un episodio que entra dentro de lo que se conoce como guerra sucia en un proceso electoral.
PREMIO DE CONSOLACIÓN Y FAVOR A ASENS
El 15 de febrero de 2018, el área de Drets de Ciutadania, Cultura, Participación y Transparencia (o sea, Jaume Asens de nuevo) propuso a David Bondia como miembro de la Comisión de Amparo. Era un premio de consolación por no haber podido nombrarlo síndic, pero también una alerta sobre el nepotismo de los comunes y la ascendencia que el activista tenía ante los altos cargos municipales. No hay que olvidar que, en esos momentos, Ada Colau gobernaba sola en el Ayuntamiento, tras la espantá de los socialistas a medio mandato. Pero la propuesta de Bondia para una comisión denotaba ya una cierta predilección de los comunes por un perfil de colaboradores.
Un año antes, Bondia le echó una mano a su amigo Jaume Asens, cuando éste presentó una querella (que se sabía destinada al fracaso) contra el juez que condenó a muerte al anarquista Salvador Puig Antich. Asens presentó la querella rodeado de las tres hermanas del anarquista ajusticiado (fue el último preso que el franquismo ejecutó a garrote vil, el 2 de marzo de 1974). Justamente antes de la rueda de prensa, los altos cargos municipales escenificaron un encuentro con los familiares del anarquista: las hermanas y Asens fueron recibidos por la alcaldesa, Ada Colau… y por David Bondia, presidente del Instituto de Derechos Humanos de Cataluña. Bondia se convertía así en representante no sólo de su entidad, sino de las 18 entidades memorialistas que Asens había logrado reunir para que apoyasen públicamente la querella, en una auténtica campaña de imagen.
La anécdota cobra mayor importancia en estos momentos, en que el activista es aupado a un cargo de enorme responsabilidad por la alcaldesa, que presionó y no dio su brazo a torcer a la hora de apostar por el amigo y compañero de batallas.