Nada menos que 66 son los contratos firmados entre el Ayuntamiento de Barcelona y la compañía Linguaserve Internacionalización de Servicios entre enero y mediados de agosto. Sólo en los tres primeros meses del año, conforme había publicado Metrópoli, esa empresa ya se había hecho con 38 contratos, lo que da una idea de la frenética actividad en este sector.

El pasado 14 de septiembre, Linguaserve recibió otro generoso pellizco de las arcas municipales: nada menos que 154.345 euros por el servicio de “corrección y traducción de textos especializados y la revisión de las galeradas para las publicaciones y contenidos relacionados de la dirección de servicios editoriales del Ayuntamiento”. De este contrato queda excluida la revista Barcelona Metròpolis. “Los contenidos de las publicaciones son de carácter académico, temático, científico, literario y periodístico y por su complejidad y especificidad quedan excluidos del acuerdo de servicios de corrección y traducción de textos y asesoramiento lingüístico y sociolingüístico para la dirección de comunicación del Ayuntamiento”, señala el informe justificativo de otorgamiento del servicio.

UN SERVICIO ESPECIAL

Se trata, pues, de un servicio especial que ha de lidiar con textos especializados, aunque en esa tarea no se incluyen las traducciones de publicaciones extranjeras. “En cumplimiento de la normativa legal sobre propiedad intelectual, quedan excluidas del objeto de este contrato las publicaciones que hayan de ser traducidas por las personas concretas a quienes los autores de las publicaciones hayan cedido en exclusiva los derechos de la labor de corrección o traducción”, añade el informe mencionado.

El problema está en que las publicaciones municipales son de muy diversas temáticas “y ello nos obliga a contar con profesionales de experiencia”. Y, por si fuera poco, las publicaciones pueden estar escritas en catalán, castellano o inglés mayoritariamente. Así, una de las tareas más importantes es la corrección ortotipográfica y de estilo de todos los originales y galeradas de las publicaciones aprobadas por el consejo de ediciones y publicaciones antes de llevar la edición a imprimir.

Giuseppe Deriard, director de Linguaserve, recibe un premio / LINGUASERVE

RENUNCIAR AL TRADUCTOR AUTOMÁTICO

En el pliego de prescripciones técnicas, se detalla que “las temáticas de los libros son muy variadas: historia, fotografía, sociedad, ilustración, cultura… y, por tanto, cada una de ellas tiene un tipo de lenguaje y estilo diferente. La mayoría se publican en catalán, pero también hay ediciones en castellano e inglés y, en casos excepcionales, en otros idiomas”. En los casos de los libros coeditados, algunas de las correcciones pueden llegar ya hechas, pero cuando se trata de publicaciones municipales se ha de disponer de un servicio experimentado en estos trabajos. El volumen de trabajo es considerable: según los cálculos realizados por los técnicos municipales, el volumen anual de palabras corregidas o traducidas en las publicaciones del Ayuntamiento es de 2.420.000.

Así, entre los requerimientos técnicos para llevar a cabo el encargo se encuentran, por ejemplo, el de ajustarse a la especialidad del lenguaje que es preciso utilizar de acuerdo con el tema tratado, conocer la terminología y los usos lingüísticos del registro propio del ámbito digital, ser muy preciso en los nombres o abreviaciones, utilizar el vocabulario específico de la materia a tratar, tener capacidad para ir más allá de una traducción 100% literal (lo que implica interpretar un texto) y la renuncia a la utilización de un traductor automático.

UN REGUERO DE CONTRATOS

En lo que va de año, Linguaserve sólo tuvo un contrato similar a este: una adjudicación de 184.875 euros por el servicio de la corrección y traducción de textos y el asesoramiento lingüístico de la gerencia de Derechos Sociales, otorgado el 18 de abril. En el mes de marzo, el Institut Municipal d’Educació de Barcelona le otorgó otro contrato de 44.000 euros por los servicios de corrección y traducción de textos entre el 2021 y el 2023. En junio, el Institut de Cultura de Barcelona (Icub) le concedía otra adjudicación de 36.300 euros por el mismo objeto. Tan solo unos días antes, el Icub le había dado otro contrato por 30.598 euros para la “traducción simultánea para actos de la bienal de ciencia”. El Institut Barcelona Esports no se quedaba atrás y firmaba otro contrato en marzo por 31.460 euros para los “servicios de corrección y traducción de textos y el asesoramiento lingüístico y sociolingüístico”. La gerencia de Recursos del consistorio ya le había dado otro contrato con el mismo objeto social en febrero pasado, pero esa vez el importe ascendía a 30.000 euros, cuya vigencia termina el próximo 31 de diciembre.

Lo más curioso, no obstante, es que un puñado de estas adjudicaciones se sitúan entre los 12.000 y los 20.000 euros. En ocasiones, estos contratos se otorgan para actos concretos, pero en la mayor parte de los casos se hacen para trabajos genéricos de distintos departamentos municipales, ya sean gerencias, distritos o áreas concretas. Para los servicios de corrección y traducción de los textos de la capitalidad mundial de la Alimentación Sostenible, se le concedió un contrato específico por un importe de 14.500 euros, pero esa adjudicación es casi una excepción: la gran mayoría de contratos se otorgan para traducciones y asesoramientos genéricos.