El cambio ha sido drástico y deja en una posición muy débil a Ernest Maragall. Esquerra apoyará ahora los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona, después de anunciar su voto en contra hace solo seis días. Pero el gobierno municipal de Ada Colau y Jaume Collboni quieren iniciar el baile presupuestario, para negociar las diferentes partidas antes de la votación en diciembre, con Barcelona pel Canvi, el partido de Eva Parera. Saben que Maragall no tiene ningún deseo de negociar nada.
El hecho de que Parera permitiera, precisamente, la tramitación de las cuentas municipales, con su voto a favor, mientras Ernest Maragall los rechazaba, debe tener ahora el premio del reconocimiento, según las fuentes consultadas. El más interesado en esa cuestión es el grupo municipal socialista, con Jaume Collboni a la cabeza, para hacer ver a Esquerra que su cambio tan rápido no es creíble, y que se debe a la imposición de los comunes a ERC tras garantizarle al presidente Pere Aragonès el voto favorable en el Parlament a los presupuestos de la Generalitat.
INVERSIONES EN DISTRITOS
Pero los comunes también han buscado un claro acercamiento con Barcelona pel Canvi. El teniente de alcalde y concejal de Cultura, Jordi Martí, ya se ha puesto en contacto con Eva Parera. Y también Jaume Collboni. Los votos de Barcelona pel Canvi ya no son decisivos, pero permiten al gobierno municipal marcar a ERC.
Una de las peticiones de Parera, según fuentes conocedoras de las negociaciones, se centra en la reforma de las Ramblas, en su tramo inicial, al lado del Puerto de Barcelona. Es una partida que se incluirá en los presupuestos. También está sobre la mesa la posibilidad de bonificar a determinados colectivos, empresas y autónomos ante el pago de tasas municipales. También se piden inversiones en determinados distritos, como Sarrià-Sant Gervasi, Horta-Guinardó o Gràcia, que se entiende que pueden ser asumibles por los comunes y el PSC.
LA JEFATURA DE POLICÍA
El gobierno municipal y también Barcelona pel Canvi desconfían de las intenciones finales de ERC, que podría no entrar en la negociación, --a no ser que haya una orientación distinta desde la cúpula de ERC-- con la idea que mantiene Ernest Maragall de que las cuentas municipales no son buenas para la ciudad y que el voto de los republicanos solo se debe a una imposición de los comunes y a la aceptación de esa petición por parte de la dirección de ERC.
El partido de Parera, el que lideró Manuel Valls antes de dejar Barcelona y la política municipal, ya aprobó las cuentas del año pasado, que fueron aprobadas también por ERC. Parera no ha variado su estrategia, la de facilitar la gestión en el Ayuntamiento de Barcelona, siempre que no se favorezcan los intereses de los independentistas. Por ello, una de las líneas rojas de Barcelona pel Canvi será la situación en la que acabe la Jefatura de Policía de Via Laietana. Por ahora, ERC dice que ha parado la inversión que tenía prevista el Gobierno central, de dos millones de euros, para iniciar su reforma. Los republicanos rechazan cualquier reforma y pretenden que la Jefatura de Polícia se transforme en un espacio museístico que recuerde las torturas a los antifranquistas durante la dictadura.