Un cambio en toda regla. Las expectativas son otras después del sacrificio público que ha realizado Esquerra Republicana, al dejar en la estacada a su candidato para la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall. La alcaldesa y líder de los comunes, Ada Colau, toma impulso para repetir como candidata y solo unos malos resultados la apartará del Ayuntamiento. No renunciará, en todo caso, antes de las elecciones, aunque se publiquen encuestas poco proclives para los comunes. “Ahora se debe presentar, sí o sí”, señalan fuentes municipales.
Ada Colau ha mantenido en los últimos meses una cierta ambigüedad sobre su candidatura. Todavía no la ha concretado. Y, aunque mantiene una relación estrecha con Yolanda Díaz, con la posibilidad de jugar la carta de la política española, la actual coyuntura la fuerza a competir de nuevo en Barcelona. De hecho, los comunes se han ligado a ERC para poder gobernar de nuevo la ciudad, tras el ‘cambio de cromos’ a partir de la aprobación de los presupuestos de la Generalitat.
MEJOR CON MARAGALL, PERO...
Los comunes lograron que ERC se comprometiera con las cuentas del Ayuntamiento de Barcelona, mientras su jefa de filas en el Parlament, Jéssica Albiach, hacía lo propio en el Parlament con los presupuestos de ERC y Junts per Catalunya. A cambio, ERC debía doblar el brazo a Ernest Maragall. ¿Qué significa ahora?
Los comunes han cobrado esperanzas, aunque todo dependerá de cómo afecte la inminente retirada de Ernest Maragall a las expectativas electorales de los republicanos. Las encuestas internas que ha manejado ERC en las últimas semanas ofrece una paradoja: con Maragall, 11 concejales, sin Maragall 9 regidores. Pero, ¿puede Ernest Maragall ser candidato después de haber sido zarandeado por su propio partido? Ese posible menor apoyo electoral irá en beneficio de Ada Colau para ser ella quien, desde la alcaldía, ofrezca un acuerdo de gobierno a Esquerra. De forma 'oficial', Pere Aragonès sostiene que Maragall, si él quiere, será de nuevo candidato.
TÁNDEM COMUNES-ERC
El tercer elemento en esa ecuación es Jaume Collboni, el candidato del PSC a la alcaldía --el mismo Collboni señala que si hay primarias en su partido él se presentará-- que en el primer trimestre de 2022 iniciará un cambio de estrategia para marcar con mayor claridad el perfil político de los socialistas, que gobiernan en coalición con los comunes, pero no deciden las políticas esenciales en el consistorio. Y la fórmula para obtener la alcaldía pasa por ganar de forma clara, dado el cambio de orientación que se ha producido en la política catalana: ERC y Comuns se han convertido en un tándem, en Barcelona y en el Parlament.
Los republicanos, que se consideran adversarios políticos del PSC, facilitarán un gobierno municipal de Colau, pero no un gobierno de Collboni. Ante esa nueva realidad, aparece el grupo de Junts per Catalunya, que trata de rehacerse en Barcelona, con Elsa Artadi de candidata –por ahora—y con la intención de pelear en todos los distritos para recuperar un voto –el exconvergente que optó por Xavier Trias en 2011—que se fue paulatinamente hacia ERC.
¿ADELANTO DE LAS GENERALES?
Ese reequilibrio de fuerzas, que implicaría un descenso de apoyos a ERC y a los comunes, es el que quiere aprovechar el PSC para recuperar la alcaldía de Barcelona, y, desde Barcelona, ofrecer un modelo distinto que podría influir de forma notable en la política catalana, en el Parlament, donde espera el socialista Salvador Illa, ahora jefe de la oposición al Govern de Aragonès.
Para Colau, en todo caso, lo sucedido en las últimas dos semanas, supone un impulso y también un compromiso: con ERC sumida en la desorientación en Barcelona, no le queda otra que volver a presentar su candidatura. La tentación de dejarlo todo por la política española, al lado de Yolanda Díaz, formando parte de esa nueva plataforma de izquierdas que se prepara a partir de Unidas Podemos, queda lejos, incluso aunque se pudieran adelantar las elecciones generales, antes de las municipales de mayo de 2023.