Can Batlló quiere seguir avanzando en cuanto a la independencia en su gestión. En 2019, el Ayuntamiento aprobó la concesión de más de 13.000 metros cuadrados en distintos espacio a la Associació Espai Comunitari i Veïnal Autogestionat, mediante una concesión administrativa de 30 años de duración.
Este acuerdo ha hecho que el consistorio sea responsable de los suministros, la rehabilitación, el gran mantenimiento y la seguridad del espacio, mientras que los vecinos son los encargados de los seguros, las tasas y los tributos derivados de la concesión y mantenimiento del espacio.
Pese a que desde entonces el gobierno municipal ha tenido sus más y sus menos con el recinto y los residentes, el Ayuntamiento ha subvencionado recientemente a dedo un proyecto cuya finalidad es lograr su autoconsumo energético.
CONVENIO
La Comisión de Gobierno ha dado luz verde al establecimiento de un convenio entre el consistorio y BATEC Pol Cooperatiu per la Transició Energètica para llevar a cabo el proyecto "Creación de la Comunidad Energética Local de La Bordeta en Can Batlló". Para ello, el Ayuntamiento ha concedido una "subvención directa" de 72.000 euros al colectivo, lo que equivale al 50% del coste total de la iniciativa.
Mediante esta propuesta, Can Batlló quiere lograr el autoconsumo en el recinto, para que sus instalaciones puedan beneficiarse colectivamente de la energía que consigan generar y contar con la máxima independencia energética posible.
La entidad con la que se ha establecido el acuerdo forma parte de Coòpolis, el gran refugio de la economia social solidaria de la nave 4 de Can Batlló en la que el consistorio destinó el pasado año más de siete millones de euros.
ENFRENTAMIENTOS Y CONCESIONES
La relación entre el gobierno municipal de Ada Colau y la gestión vecinal de Can Batlló ha contado con enfrentamientos y concesiones en los últimos años. A principios de 2020, desde el recinto se expresó la "decepción e indignación" con el Ayuntamiento después de que éste se lavara las manos tras comprometerse a facilitar una cuantiosa partida económica.
Pese a que en 2019 el consistorio se comprometió a encargarse de la rehabilitación de los espacios, los 12 millones de euros aproximados de su coste no llegaron, enviando a Can Batlló a presentar proyectos en los presupuestos participativos. Los vecinos solo vieron, entonces, una partida de 47.207,81 euros para la instalación de detectores de incendio y extinición automática.
En cambio, el pasado año el Ayuntamiento adjudicó la mencionada cantidad económica para el establecimiento de Coòpolis y cedió nuevos locales en Sants por un mínimo de cuatro años.