Enésimo choque entre los socios del gobierno municipal de Barcelona. El PSC ha levantado la voz este martes, a tan solo unos minutos del inicio de la Comisión de Urbanismo donde se votará el Plan de Usos del Eixample, para expresar sus discrepancias con Barcelona en Comú.

La teniente de alcalde de Movilidad, Laia Bonet, ha denunciado que el acuerdo alcanzado en el ejecutivo local preveía que 11 calles del distrito tuvieran unas restricciones más duras para limitar la apertura de bares, restaurantes, discotecas, tiendas de degustación y supermercados con apertura nocturna.

Pese a ello, según ha apuntado el grupo socialista, el pacto no se ha trasladado al texto final que se someterá a aprobación inicial este martes ya que la voluntad de los comunes es ampliar este ámbito de restricción mucho más allá.

40 CALLES

Bonet ha señalado que la apuesta de su socio de gobierno pasa por extender estas limitaciones a una "cuarentena" de calles, entre las que se encuentran algunas como las calles de Roger de Llúria y de Sepúlveda, así como a ámbitos de la superilla de Sant Antoni y de la calle de Girona.

La concejal de Urbanismo, Janet Sanz, ha defendido en los últimos días una mayor restricción en esta planificación, sacando pecho de que, "sin normativa, en el Eixample podrían abrir 11.000 bares y restaurantes" mientras que con esta regulación solo lo podrán hacer "1.200".

APOYO AL PSC

Fuentes socialistas apuntan que el Consell De Gremis, Gaudí Shopping, Som Sant Antoni, Pelai Centre, l'Eix Sagrada Família, Diagonal Boulevard, Coreixample, Barcelona Oberta, Foment Comerç, Eix Comercial de Rambla Catalunya y Barcelona Passeig de Gràcia han manifestado por escrito su apoyo al posicionamiento del PSC y al acuerdo fruto de las negociaciones entre los socios de gobierno.