Barcelona ha encargado la compra 72 nuevos autobuses que reforzarán la oferta de transporte público de la capital catalana. De ellos, 36 serán de hidrógeno, 29 serán eléctricos articulados (18 metros) y 7 eléctricos cortos (12 metros). Todos los eléctricos serán de carga nocturna. Los nuevos vehículos vienen a paliar un déficit histórico del transporte barcelonés.
Según fuentes bien informadas, los autobuses deberán estar incorporados en los primeros meses de 2024, si no hay ningún imponderable que obliga a retrasar su entrega. La compañía se gastará 61.129.200 euros en renovar la flota de vehículos.
Según explican los documentos internos de TMB, la empresa pública de transportes, “desde el punto de vista técnico, cuando un vehículo supera el lindar de 15 años de antigüedad, el coste de mantenimiento que requiere deja de justificar el tenerlo en servicio. Por este motivo, con el objetivo de continuar dando el servicio a que TMB se ha comprometido de manera viable y con garantías, se procederá a la sustitución de los vehículos que llegan al final de su vida útil”. En Barcelona hay en estos momentos algunos vehículos que sobrepasan los 20 años, aunque están en buenas condiciones todavía.
UNA CUESTIÓN ECOLÓGICA
Pero la sustitución de los coches tiene también otro motivo de peso: “La declaración de zona de bajas emisiones dentro del área que delimitan las rondas de la ciudad hace que, en breve, algunos de los actuales vehículos de la flota de TMB no sean válidos para operar dentro de este espacio y han de ser sustituidos por vehículos más limpios desde el punto de vista de las emisiones”. Así pues, se decidió la compra de los vehículos citados.
Los primeros 36 ya han sido comprados a Solaris, una compañía que es una de las proveedoras de vehículos de TMB. En esta ocasión, sin embargo, es la primera vez que la capital catalana adquiere vehículos de hidrógeno a la empresa. De hecho, según fuentes solventes, Barcelona es la primera ciudad europea que incorpora vehículos de hidrógeno de esta compañía. El coste total de los 36 vehículos se eleva a más de 28,3 millones de euros.
CADA AUTOBÚS CUESTA 786.500 EUROS
El precio de cada autobús es de 786.500 euros. Al concurso se presentaron otras dos compañías: la portuguesa Caetanobus Fabricaçao de Carroçarias y la británica Bamford Bus T/A Wrightbus, cuyos presupuestos eran algo menores. Sin embargo, las prestaciones ofrecidas por Solaris eran más ventajosas: los autobuses han de realizar la sustitución del motor eléctrico cada 8 años, de las baterías de tracción cada cinco años y del stack de hidrógeno cada 6 años. Y en este caso los precios de Solaris son mucho más competitivos.
“El mantenimiento lo hace una empresa externa que ha de dedicar 33 empleados a los buses de Barcelona. TMB, por su parte, aporta otros 20 empleados a esa labor. Pero en cuestión de recambios, sus rivales no pueden competir con ella, porque como tiene muchos buses, las piezas de los viejos, especialmente de carrocería, pueden ser utilizadas inmediatamente por los nuevos. Es cierto que la sustitución de algunos materiales, según los precios ofertados, están muy ajustados e incluso en algún caso parecen demasiado bajos, pero no se sabrá si se han de revisar hasta que llegue el momento”, señalan las fuentes consultadas.
Los autobuses eléctricos están a punto de ser también adjudicados y, aunque se han hecho pruebas de un articulado de una gran compañía durante dos años, este vehículo ha sido ya enviado a una capital castellana y posiblemente el concurso se lo lleve otra compañía española. “De hecho, muchas compañías tienen filiales aquí, por lo que si se necesitan piezas es más fácil y rápido obtenerlas”, explican las fuentes citadas. Los articulados eléctricos costarán a Barcelona 968.000 euros por unidad, por lo que el monto de los 29 se elevará a casi 28,1 millones de euros. Por su parte, los eléctricos cortos saldrán a 677.600 euros y en ellos se invertirán 7.743.200 euros. El coste del total de 72 autobuses, pues, se eleva a 61.129.200 euros.
BUSES PARA EL BAIX LLOBREGAT
Hace pocos meses, TMB retiró de circulación una cuarentena de autobuses cuyo ciclo de vida ya se había extinguido. “Eran de la serie MAN 34, articulados y de la serie 24, Mercedes cortos. Aunque tenían muchos años, estaban en condiciones de circular todavía”, relatan las fuentes. Pero cuando casi iban camino del desguace, ocurrió un imprevisto: la compañía Avanza, que se quedó con las líneas del Baixbus que operaba Mon, tenía un serio problema debido a la falta de mantenimiento de los vehículos de la flota que había heredado. Durante todo el año 2022 y el primer trimestre del 2023, el servicio provocó múltiples protestas de los usuarios, hasta el punto de que la AMB sancionó a la compañía.
“La anterior empresa dejó de hacer el mantenimiento. Muchas de las rampas de los coches no funcionaban, los cables caían sueltos por el interior de los vehículos… era un desastre. Los transportes del Baix eran de un país tercermundista. Ante ese panorama, se rescataron los vehículos que estaban obsoletos para TMB y que se iban para el desguace, pero que aún se encuentran en buen estado y pueden funcionar. Así, estos buses fueron enviados al Baix Llobregat después de un lavado de cara y de cambiarles el aspecto externo. De momento, Avanza puede seguir dando servicio en unas condiciones más decentes que las que tenía hasta ahora”. El problema, evidentemente, no es achacable a TMB, pero es un síntoma de las deficiencias que tiene el transporte público catalán en su conjunto.