Un claro reproche, que constata una difícil relación, pero también una última llamada a la responsabilidad. Es la posición del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que se encuentra en un nuevo escenario tras la convocatoria de las elecciones catalanas para el 12 de mayo. Collboni, en una declaración institucional en el Ayuntamiento de Barcelona, ha señalado que tanto comunes como JxCat, aunque no los ha mencionado, tienen una "oportunidad" para aprobar los presupuestos de Barcelona en el pleno del 22 de marzo. Será una última bola de partido, antes de que él mismo se someta, si no cuenta con los presupuestos, a una moción de confianza, que comportaría la aprobación automática de las cuentas del muncipio.
Collboni ha apelado "a la responsabilidad para salvar inversiones y recursos para políticas sociales", en una clara apelación a los comunes de Ada Colau. Pero se ha dirigido al partido de Colau al señalar lo que pierde Barcelona tras el 'no' de los comunes al presupuesto de la Generalitat, que ha forzado la convocatoria electoral para el 12 de mayo. "Había incorporadas partidas por 650 millones de euros, desde la ampliación del Hospital del Mar, hasta la ampliación de la línea 4 hasta la Sagrera, o la construcción de siete nuevos juzgados para luchar contra la multirreincidencia".
El alcalde socialista ha insistido en que ese 'no' de los comunes ha sido perjudicial para Catalunya, al no poder contar con un presupuesto de la Generalitat, pero también para Barcelona. Sin embargo, queda una posibilidad para que "Barcelona avance". En el pleno del 22 de marzo, Collboni señala que los comunes y JxCat podrían apoyar las cuentas del municipio, que ascienden a 3.800 millones de euros, "los más expansivos, con un récord de inversiones en los barrios".
El mensaje para los comunes ha sido claro. Collboni es consciente de que el 'no' de los comunes en el Parlament, está muy condicionado a la mala relación del partido de Colau con el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona. La apuesta de los socialistas se mantiene: acuerdo "progresista" con ERC y comunes, pero sin los comunes en el gobierno. Es esa posición la que no acepta la propia Ada Colau, que quiere formar parte del gobierno municipal de Collboni.