Sin más reproches, sin insistir en la “irresponsabilidad” de los comunes por no apoyar los presupuestos de 2024. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, quiere abrir una nueva etapa, que se podrá esclarecer tras las elecciones catalanas del 12 de mayo, sin mirar a lo que ha sucedido en los últimos meses, con una negociación sin fruto alguno con los comunes de Ada Colau y el grupo de JxCat, que encabeza Xavier Trias.

La moción de confianza es el pistoletazo de salida, que comienza este miércoles, con un pleno en el Ayuntamiento, y acabará en un mes, el 2 de mayo, con la intervención de la teniente de alcalde Laia Bonet. Ese lapso, en el que no se prevé que la oposición pueda presentar una alternativa a Collboni, será determinante, porque quedarán aprobados los presupuestos de 2024, con 3.800 millones de euros, de forma automática.

Sin incentivos para la oposición

A esa situación quería llegar Collboni, que no ha dejado de repetir el latiguillo del “paso a paso”. En ningún momento el PSC ha tenido la posibilidad real de llegar a un acuerdo de gobierno. Inició las conversaciones con Xavier Trias, pero el equipo del veterano dirigente señalaba los límites de ese posible acuerdo, porque los socialistas hablaban de “pacto progresista”, y eso implicaba a los comunes y también a Esquerra Republicana. Con los comunes, aunque el equipo de Collboni ha acabado incorporando buena parte de sus demandas en el presupuesto, el gran obstáculo era la propia Ada Colau. Y una posible coalición de gobierno se antojaba imposible.

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni EUROPA PRESS

El instrumento de la moción de confianza, del que disponen los alcaldes, ha tenido, desde el inicio del mandato de Collboni, ese inconveniente. Sabiendo que se puede utilizar en el último momento, los incentivos de los grupos de la oposición o de los posibles socios han sido mínimos. La convocatoria de las elecciones catalanas ahora, para el 12 de mayo, abre un nuevo escenario que Jaume Collboni quiere aprovechar, pero con una gran ventaja: seguirá de alcalde con unos nuevos presupuestos, los de 2024. Gana un año, pero los socialistas también admiten que no pueden seguir por mucho más tiempo con un equipo de gobierno con sólo diez concejales.

En la moción de confianza que se inicia este miércoles, el PSC ha decidido que la intervención corra a cargo de Laia Bonet, y que no sea ni el propio Collboni ni el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls. Lo que se desea mostrar es el inicio de una nueva etapa, sin hablar ahora de forma estricta de las cuentas del consistorio. Un mensaje político, por tanto, para estrechar relaciones con posibles socios, en función de lo que suceda en los comicios del 12 de mayo y las mayorías que se formen en el Parlament.

Gobernar la Generalitat

Fuentes socialistas señalan que una de las posibilidades es que haya un voto cruzado con los comunes. Si el candidato socialista a la Generalitat, Salvador Illa, necesita al partido que lidera en la cámara catalana Jessica Albiach, los comunes pedirán entrar en el Ayuntamiento de Barcelona. Pero el problema se mantiene: ¿Con Ada Colau o sin ella? Esa es la incógnita que nadie se atreve a despejar.

Ada Colau junto a sus compañeros de partido en un acto durante la campaña electoral del 28M en Barcelona EUROPA PRESS

En el otro lado está la formación de Junts per Catalunya. Xavier Trias no ha tardado ni un minuto en ponerse al servicio de Carles Puigdemont. Asegura que desea seguir en el consistorio hasta que el ex presidente de la Generalitat vuelva a Barcelona y se pueda abrazar con él. Pero más allá de la cuestión personal, surgirá una posible negociación tanto en el Parlament como en el Ayuntamiento. Y como ‘tercer hombre’ está el grupo de Esquerra Republicana, con quien Collboni ya había llegado a un pacto para aprobar los presupuestos. Si se produjera un tripartido en el Parlament, esa misma fórmula se podría implementar en Barcelona, con PSC, Esquerra y los comunes.

Lo tangible es que Barcelona tendrá presupuestos el 2 de mayo. No será necesario convocar un nuevo pleno. Si no hay un candidato alternativo que se pueda presentar, frente a Collboni y sustentado con los votos de comunes, ERC y JxCat, las cuentas se aprobarán de forma automática. Desde esa atalaya, con las inversiones ya listas en Barcelona, Collboni participará en la campaña electoral de los socialistas con el objetivo de gobernar en la Generalitat.