Barcelona se prepara para una temporada de verano marcada por la sequía. El Ayuntamiento de la capital catalana se ha comprometido a abrir todas las piscinas municipales de la ciudad, garantizando que no solo los hoteles podrán abrir sus instalaciones.
En total, son unas 50 instalaciones que permitirán el baño a todos los ciudadanos. Para hacerlo, se declararán todos estos equipamientos como refugios climáticos. Así lo ha explicado la teniente de alcalde Laia Bonet en una rueda de prensa en la que ha detallado que, aunque "ya hay unos precios públicos y vigentes", "analizará y creará mecanismos para que todo el que quiera ir a ellas, pueda hacerlo". La idea es que "No habrá nadie que quiera ir a una piscina pública y no pueda hacerlo".
Refugios climáticos
Estas piscinas censadas como refugio climático podrán rellenarse en las cantidades indispensables para garantizar la calidad sanitaria del agua, siempre que se apliquen medidas de ahorro adicionales que compensen el agua que se utilice.
El anuncio tiene lugar después de que el Govern, a través de su último decreto, haya flexibilizado el rellenado de piscinas públicas y privadas, como las de hoteles y de comunidades de vecinos, con la intención de proteger a la ciudadanía de las olas de calor.
Conflicto con la Generalitat
Al respecto, Bonet ha acusado al Govern de "improvisar", pues "no había un consenso con los ayuntamientos".
"(La decisión del nuevo decreto) nos ha generado sorpresa, decepción y preocupación. Hablamos de un reto importante en los escenarios de sequía que nos encontramos y estas decisiones no contrastadas y a golpe de decreto nos generan una preocupación muy grande", ha denunciado la primera teniente de alcalde.