El Ayuntamiento de Barcelona no elaborará un informe para cuantificar el número de expats que hay en la ciudad. La propuesta, presentada por el grupo municipal de Esquerra Republicana este viernes en el pleno, pedía al gobierno de Collboni "analizar y evaluar el fenómeno de los expatriados y trabajar en medidas que ayuden a maximizar el impacto positivo de la atracción de talento". El alcalde socialista, si bien ha reconocido que la llegada de "personas extranjeras" --se ha negado a utilizar calificativos como expats-- genera impactos negativos, ha asegurado que es la "contradicción" de querer ser una "ciudad abierta y global".
Jaume Collboni ha asegurado que una gran ciudad tiene la responsabilidad, a través de políticas públicas, de "compensar los efectos contradictorios que tiene la llegada de personas extranjeras". Entre estas medidas, Collboni ha recordado que desde el gobierno central ya se está incidiendo sobre ello con iniciativas como la regulación de los alquileres, declaración de las zonas tensionadas o eliminar la Golden Visa.
Beneficios de la fiscalidad española
Sin embargo, el concejal Jordi Castellana de ERC ha señalado que España es uno de los países que fomenta la llegada de expats gracias a su fiscalidad, como el visado de oro de residencia para inversores o la Ley Beckham, que permite que los extranjeros paguen una cuota fija de IRPF independientemente de los ingresos que tengan durante cinco años.
En Barcelona, los expats representan un 10% de la población. Esto tiene un impacto negativo en la ciudad, sobre todo en el mercado de la vivienda. "Barcelona es ciudad de atracción de talento, pero también se debe reducir al mínimo el impacto que puede tener la llegada de expatriados".
Collboni se niega a decir "expats"
Collboni se ha negado a hacer "cualificativos" porque considera que las personas que vienen a la ciudad a trabajar e invertir "son personas que lo hacen en positivo y en favor de Barcelona", ha concluido.