La Federació d'Associacions Veïnals de Barcelona (FAVB) fue el principal apoyo vecinal con el que contaron los comunes durante los mandatos en los que se mantuvieron al frente de la alcaldía de la ciudad. El colectivo fue un valedor de las políticas del Gobierno de Ada Colau, con el que estaba alineado en múltiples frentes. 

Casualidad o no, este apoyo vino acompañado de numerosas subvenciones públicas que financiaron diversos proyectos impulsados por la FAVB.se mantuvo alineado con la formación de, cuyo gobierno no dudó en pasar por caja reiteradamente a lo largo de los últimos ocho años.

Desembolso de cuatro millones

Entre 2015 y 2023, Barcelona en Comú (BComú) inyectó 3,9 millones de euros a la FAVB en diferentes conceptos. Durante el primer mandato de los comunes, la federación se hizo con algunas disposiciones de menor cuantía, como las relativas a cursos relativos a la ley de protección de datos y otras formaciones, con importes individuales que rondaron los 200 euros. Sin embargo, la administración de Colau desembolsó partidas mayores en otros conceptos, como los 2.000 euros aportados a un foro vecinal sobre urbanismo, los 4.500 euros destinados a la constitución de una mesa vecinal, los 6.000 euros dedicados a la exposición para celebrar los 25 años de la revista Carrer, o 30.000 euros para los procesos de implicación ciudadana.

A estos gastos hay que sumarle la adecuación y mejora del local (42.224 euros) o el asesoramiento vecinal (49.000 euros). Pero el primer puesto de gasto se lo llevó la promoción para el asociacionismo vecinal, que entre varias partidas sumaron una cifra cercana al millón de euros.

Rueda de prensa de la FAVB TWITTER FAVB

Incremento en el segundo mandato

Durante su segundo mandato, Ada Colau incrementó las subvenciones municipales a la FAVB. La cuantía entre mediados de 2019 y 2023 rozó los 2,7 millones de euros, con la promoción del asociacionismo vecinal como principal desembolso. Tan solo a este concepto, los comunes dedicaron asignaciones por unos 2,4 millones de euros.

Al margen de estas cantidades, el gobierno de BComú otorgó otras subvenciones de menor valor a la FAVB. Los proyectos Escola Veïnal (2.000 euros), Dones Enxarxades (1.440 euros), Contaminació atmosfèrica, salut i mobilitat (2.500 euros), Procés Comunitari de Sororitat (15.500 euros), Temps social – sociabilitzar el temps (3.200 euros), Decidim participar (2.375 euros) o Reduir els residus (10.000 euros), se situaron entre las iniciativas más costosas para las arcas públicas.

"Red clientelar de Colau"

Daniel Sirera, líder del PP en Barcelona, señala que al margen de las "subvenciones ya concedidas en la etapa de Colau y Collboni", ahora le toca al alcalde "acabar con la red clientelar del colauismo, como le pidieron los barceloneses en las pasadas elecciones".

El edil popular señala que "la concesión de subvenciones ideológicas a dedo es un agravio para las entidades sociales y vecinales, que deben de hacer farragosos trámites para obtener ayudas". "Tenemos que acabar con este clientelismo y abrir la ciudad a todas las sensibilidades y a todos los vecinos", sentencia el edil.

El núcleo duro, incondicional de Colau

El cambio de gobierno municipal hace prácticamente un año sentó como un jarro de agua fría al núcleo duro de la FAVB. Fuentes internas de la entidad reconocieron a Metrópoli que entre algunos dirigentes cundió el nerviosismo con la entrada de Jaume Collboni al gobierno municipal.

La expresidenta de la federación Ana Menéndez fue una de las grandes defensoras de las políticas de BComú durante su estancia en el cargo, partido con el que compartía posicionamientos en materias como turismo, movilidad y urbanismo. Camilo Ramos, procedente de la Asociación de Vecinos Sant Andreu Nord-Tramuntana, tomó el relevo de Menéndez en la presidencia en abril de 2023. Dentro de la asociación vecinal algunos miembros creyeron que Ramos podría distanciarse de los postulados de los comunes. No obstante, fuentes consultadas por Metrópoli señalan que el veterano dirigente vecinal es más próximo a Colau que a Collboni. 

El presidente de la FAVB, Camilo Ramos EUROPA PRESS

Varias de las entidades federadas no han compartido la deriva que ha tomado la FAVB, lo que ha provocado situaciones de tensión que han desembocado en la salida de algunas asociaciones vecinales.