Desde su llegada al consistorio de Barcelona, Jaume Collboni ha anunciado una importante batería de medidas contra los grafitis y las pintadas, en el marco del Pla Endreça. Una de las estrategias que conformaban esta inversión millonaria era una línea de subvenciones de 500.000 euros destinadas a la limpieza y protección contra grafitis en persianas de comercios y restaurantes. Sin embargo, el plan ha fracasado: del medio millón de euros inicialmente proyectado por el Ayuntamiento no se ha concedido ni un 20%.
Las bases de la convocatoria solamente permitían solicitar la subvención a las asociaciones de comerciantes de Barcelona y excluían a los gremios sectoriales y a los comerciantes a título individual. Sin embargo, de los 45 ejes de la ciudad (22 son de Barcelona Oberta y 23 de Barcelona Comerç), sólo nueve han accedido a la convocatoria, lo que ha provocado que el 80% del crédito no se haya utilizado, según consta en la resolución de la convocatoria publicada en el Butlletí Oficial de la Província de Barcelona del pasado 23 de julio.
Los ejes comerciales 'se desentienden' de la limpieza de grafitis
La finalidad de la convocatoria era "promover la mejora estética de las persianas de los comercios", y los beneficiarios podían recibir 400 euros por cada persiana sobre la que actuaran, con un máximo de tres por establecimiento.
El fracaso de la convocatoria se debe, entre otros motivos, a que los solicitantes no podían pedir directamente la subvención, sino que debía intermediar un eje comercial. A su vez, se excluía de la convocatoria a los gremios y se obligaba a mantener limpia la persiana durante doce meses, dos factores que también han frenado el interés.
Un plan de 16 millones de euros para 'limpiar' Barcelona
En total, la inversión anunciada por el Ayuntamiento para hacer frente al problema de las pintadas es de 16 millones de euros durante 2024 y 2025, un 17% más que en la partida anterior, durante el gobierno de Colau.
El año pasado, el servicio de limpieza de Barcelona efectuó 110.852 actuaciones y puso un total de 484 denuncias por pintadas en el espacio público.
Objetivo: frenar el incivismo y promover la mejora estética
Para ello, el consistorio cuenta con 36 equipos destinados a retirar grafitis, pancartas y adhesivos; con especial atención a las fachadas de edificios patrimoniales o muros antiguos. En los últimos tiempos, el consistorio ha tenido que borrar pintadas en lugares como la iglesia del Pi, el gato de Botero, la escultura de Plensa frente al Palau de la Música o la basílica de Santa Maria del Mar. Para frenar este incivismo, la novedad de este año ha sido incorporar un programa que identifica grafitis de un mismo autor, en colaboración con la Guardia Urbana.
En principio, la vigilancia no sólo va destinada a inmuebles, sino a las persianas de los comercios (como demuestra el fracasado contrato anteriormente mencionado) y a bancos, fuentes, jardineras, barandillas o placas de las calles.