Donde hay montañas, puede haber peligro. Barcelona tiene dos montañas a su alrededor y los responsables municipales son conscientes de que han de tomar medidas para evitar deslizamientos de tierra que pueden provocar daños materiales o, lo que es peor, daños de pérdida de vidas humanas. La ciudad dispone de varias zonas en las que el consistorio ha tenido que cebarse a fondo para asegurar que no haya corrimientos de tierra, especialmente en la montaña de Montjuïc.

Hasta ahora, dentro de un plan preconcebido hasta el 2029, el consistorio había realizado obras de estabilización de varios taludes, dos de ellos en la calle Font Florida, otro en la calle Polvorí con la Avenida del Estadi y otro en el Paseo del Migdia, además de tres en el Sot de la Foixarda, el Sot de l’Estany y el Sot de la Masia (estos dos últimos en el Jardí Botànic histórico).

Tras los desastres del Gloria

En la actualidad, se están realizando actuaciones en varias ubicaciones: en el Sot del Migdia, en la zona donde se hacen prácticas de autoescuela, donde una parte de los taludes se preservarán con mallas. En la calle Pedrera del Mussol, se construye un muro con jaulas de tela metálica para proteger la escuela Can Clos de un posible desprendimiento. Asimismo, se realiza una tarea de aseguramiento de los campos de Tiro Olímpico, donde se construye una escollera para proteger de deslizamientos las instalaciones de tiro ubicadas en la carretera que baja del castillo. Y, por último, se están prologando las vallas a diferentes niveles en el Fossar de la Pedrera, cuya ladera se encuentra afectada por la erosión.

El plan de estabilización de taludes surge, según el consistorio, de la necesidad “de dar respuesta a los desprendimientos provocados en los últimos años por diversos episodios de lluvias, después del temporal Gloria del 2018. El objetivo es que los taludes sean más firmes una vez pase el actual periodo de sequía y vuelvan las lluvias, previsiblemente de nuevo en forma de tempestades. Se trata de evitar que estos taludes representen un riesgo para la ciudadanía que vive, trabaja, va a la escuela o simplemente pasea por la montaña de Montjuïc”. Según el consistorio, se trata de “evitar desprendimientos y asegurar el paso de las personas”.

Tres adjudicaciones

Partiendo de esa necesidad, el Ayuntamiento ha adjudicado las obras de reforzamiento de otros tres taludes en Barcelona, obras necesarias para prevenir también derrumbamientos o deslizamientos de tierra. Dos de las áreas a remodelar están en el distrito de Sants-Montjuïc y la tercera, en el de Sarrià Sant Gervasi.

El primero de ellos es el talud de la Pedrera del Mussol, cuyo suelo está erosionado y que necesita ser reforzado. Otro de ellos es el talud de Sot del Migdia, que se ha de drenar debido a que “las plataformas superiores de la cuenca hídrica natural del talud no han sido adecuadamente tratadas”.

Obras del Ayuntamiento de Barcelona para apuntalar taludes AJUNTAMENT BARCELONA

Según el informe técnico de justificación de las obras (que dependen de la empresa pública BIMSA), “los temas de arrastres e inestabilidades geotécnicas más superficiales se han de tratar con medios de estabilización de tierras, principalmente con sistemas de refuerzo de la capa superior del terreno y mallas antierosivas, ya que la capa superior del terreno estaba muy erosionada. Esta solución permitirá, además, una revegetación espontánea del talud”. El tercero es el talud Elisa Moragas, que se ha de tratar mediante la técnica soil nailing, “con colocación y anclaje de malla orgánica y malla metálica de triple torsión, además de la realización de hidrosiembra para acabar de dotar de estabilidad la vertiente del talud”.

Más de 2,6 millones de coste

Las labores de estabilización de estos tres taludes comportan un gasto público de algo más de 2,6 millones de euros. El de Pedrera del Mussol fue adjudicado a la compañía Vilor Infraestructuras por un monto de 786.016 euros y un plazo de ejecución de 4,5 meses, por lo que deberá estar terminado el próximo mes de febrero.

El talud de Sot del Migdia fue adjudicado a la firma Voracys por un importe de 1.242.227 euros y un plazo de ejecución de 6 meses, al ser el más complejo. Por último, el de Elisa Moragas, en el distrito de Sarrià Sant Gervasi, fue adjudicado a Serveis Integrals de Mantniment Rubatec por 598.476 euros y un plazo de 4 meses.

El presupuesto total que el Ayuntamiento ha destinado al plan de estabilización de taludes es de 7,17 millones de euros, aunque sólo las tres últimas adjudicaciones se llevan casi el 40% del presupuesto total. Pero más vale prevenir que curar. El consistorio no quiere problemas y se afana en mantener la vía pública exenta de peligros e incluso, en algunos casos en que hay caminos de paso se salvaguardan estas vías con muros de hormigón armado. Son obras que podrían pasar sin pena ni gloria, pero tanto por su coste como por los peligros que evitan entran dentro de la categoría de actuaciones importantes del Ayuntamiento de Barcelona.