A favor de cambios, de que el transporte público cobre un mayor peso, pero ¿cómo, y con qué medios? El conjunto de barceloneses expresa su predilección por otros transportes distintos al coche, siempre que se faciliten las cosas. La nota sobre el transporte público es elevada, un 6,4, sobre diez, según una encuesta de EM-Analytics para GMG, --el grupo de medios donde se integran Crónica Global y Metrópoli--, realizada entre el 1 y el 15 de septiembre.

La encuesta refleja una satisfacción ciudadana con el transporte público, con notas muy altas por parte de los que se declaran electores de Junts per Catalunya, que lo valoran con un 8. También destacan los votantes de la CUP, que colocan un 7,5; los de ERC, con un 7,6, mientras que los del PSC valoran el transporte público con 7,1. Los que entienden que no da la talla son los votantes de Vox, con un 5,1. En cualquier caso, ninguno de los encuestados lo suspende.

Pregunta en la encuesta para GMG sobre el transporte en Barcelona

Otra cosa es la valoración que se hace de ese transporte. El 51% de los encuestados –se realizaron hasta 1.060 entrevistas—entiende que es “caro”, por el 12,3% que lo ve barato y el 36,5% que lo considera “normal”. En este capítulo destaca que el 100% de los electores que dicen votar a la CUP lo ve “caro”, mientras que sólo para el 33,3% de los electores de Junts es caro.

Dejar el coche fuera de la ciudad

Pero en un momento de cambio, de definición sobre las políticas de transporte, con polémicas sobre el tranvía en el centro de Barcelona, o con la necesidad de que el coche ocupe un menor espacio, la encuesta señala algunas preferencias importantes. El 35,4% de los barceloneses se decanta por el Metro como el mejor transporte público. El coche atrae al 13,8%, mientras que el autobús logra el apoyo del 14,7%. Es decir, es el Metro el que se lleva la máxima predilección. Mientras que la bicicleta –y a pesar del enorme esfuerzo del Ayuntamiento en los últimos años por habilitar nuevos carriles—sólo se ve como el mejor transporte para el 4,2% de los barceloneses y de los habitantes del área metropolitana. El tren atrae al 18,4%, y caminar al 7,1%.

Encuesta para GMG sobre el transporte en Barcelona

Hay una gran división, sin embargo, en un aspecto que puede ser clave en los próximos años. El Ayuntamiento que dirige Jaume Collboni y las autoridades del área metropolitana se inclinan por el llamado transporte multimodal. Es decir, que se pueda llegar en coche, en las puertas de la ciudad, y circular, después, en transporte público. La pregunta en la encuesta es clara: “¿Estaría dispuesto a dejar el coche a la entrada cuando venga a la ciudad de Barcelona?”. Está a favor el 59,5% de los barceloneses y ciudadanos del área metropolitana, mientras que está en contra el 40,5%.

Encuesta sobre el transporte en Barcelona

En este caso es importante destacar lo que sucede con los electores del PSC, Muestran una división parecida a ese resultado final. El 58,3% está a favor, por el 41,7% que está en contra. Contrasta con los votantes de JxCat, que apoyarían dejar el coche en un 83,3%, por el 16,7% que lo rechazan.

¿Y las zonas peatonales?

En cambio, la división no existe en el caso de la conexión del tranvía por la Diagonal. El 72,5% está a favor, por el 27,5% en contra. Lo mismo sucede, con una diferencia mayor, respecto a la regulación de los patinetes. Están a favor de regularlo de forma más estricta el 85,7%, por el 14,3% en contra.

Encuesta sobre el tranvía en Barcelona para GMG

Algo más matizada aparece la pregunta sobre las zonas peatonales. El 67% está a favor de incrementarlas, por el 33% que no desea que haya más, después de la experiencia de operaciones como la de Consell de Cent.

Con todos estos elementos deberá el gobierno del alcalde Jaume Collboni tomar decisiones en los años que le quedan de mandato. En el caso del tranvía, Collboni es partidario de la conexión que ya se está realizando hasta Verdaguer, y, aunque no rechaza conectarlo con la plaza Francesc Macià, hasta la Diagonal, en la campaña electoral señaló que ese tramo debería demorarse hasta el siguiente mandato. Dependerá ahora de las alianzas que establezca, y de si puede o no aprobar los presupuestos con ERC y comunes. Esa es su intención, aunque no descarta “acuerdos concretos con Junts per Catalunya”.