Una solución. Es lo que buscan las administraciones para darle salida a los cinco edificios de viviendas que tiene el Hospital Clínic de Barcelona en propiedad, de los que solo uno ha hallado comprador. Se trata de fincas antiguas, levantadas entre 1889 y 1931. Entre todas suman 55 pisos, 48 de los cuales están actualmente habitados.

Desde que el centro hospitalario sacó a subasta los bloques, el pasado mes de agosto, los residentes han manifestado su oposición a la operación de compra-venta. El Clínic ha insistido en que se respetarán los contratos vigentes.

Manifestantes protestan ante el Hospital Clínic contra la subasta de pisos del centro sanitario Sindicat de Llogaters

Pacto entre administraciones

El Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y el Clínic se reunirán en los próximos días para buscar una salida a los edificios del hospital, así como a sus vecinos. El Clínic espera que las administraciones puedan comprar los inmuebles para destinarlos a vivienda social en Barcelona. Y es lo que desea el Ayuntamiento, a la espera de disponer de toda la información, y siempre que se pueda acomodar a la legislación y a las competencias municipales.

El Ayuntamiento tiene el derecho de tanteo y retracto a partir de los edificios que han recibido ofertas privadas. El objetivo es llegar a un acuerdo con el Clínic para comprar el resto de bloques.

Caída de la oferta de alquileres

La cuestión es que en la ciudad y en toda el área metropolitana la demanda de vivienda es enorme. Se reclama o bien en el mercado libre asequible o de alquiler. Las medidas que se han implementado para reducir el precio del alquiler no han funcionado, a pesar de las quejas y peticiones de colectivos como el Sindicat de Llogaters. El mercado del alquiler se ha hundido un 17% por la aplicación de la regulación de precios en zonas tensionadas como Barcelona. La oferta ha caído en picado entre abril y junio respecto al primer trimestre de 2024, un 23,13%.

Fachada de un edificio de viviendas en Barcelona David Zorrakino - EP

Varapalo a la regulación

Muchas de esas viviendas se han orientado hacia el alquiler temporal. La regulación, por tanto, lejos de incentivar que los inmuebles se ofrezcan en el mercado, ha provocado que se retiren. Lo ha admitido el Govern de la Generalitat, al calificar de “alarmante retirada” ese freno a la oferta de alquiler, en palabras de la consejera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, Sílvia Paneque.

En las áreas no tensionadas, fuera de Barcelona y de gran parte del área metropolitana, la caída de contratos ha sido mucho menor, del 1%. Se trata de un varapalo importante para los colectivos que insisten en una mayor regulación.