La vieja guardia de ICV se prepara para dar el golpe de gracia a Colau
- Los excomunistas, con Janet Sanz a la cabeza, aprovechan el paso al lado de Colau para aumentar el control de las organizaciones de los comunes
- La exalcaldesa ha buscado un rearme ideológico con un retiro momentáneo
La vieja guardia de ICV se prepara para aislar a Ada Colau en la dirección de los comunes. Catalunya en Comú (CeC) celebrará a mediados del próximo noviembre una asamblea nacional donde previsiblemente removerá su dirección. El tridente de la cúpula, formado por Ada Colau, Jessica Albiach y Candela López tiene, a juicio de algunos sectores de la formación, los días contados. Los antiguos verdes tienen un eufemismo para referirse al cerco a Colau: la ampliación de liderazgos.
La movida de Catalunya en Comú (CeC) repercutirá en Barcelona en Comú (BeC), la formación que se presenta a las municipales en la capital catalana. Ahí se ha hecho fuerte ICV, con Janet Sanz a la cabeza. El próximo objetivo es apretar aún más a los comunes que provienen de los movimientos cívicos, municipalistas o ecologistas para que los antiguos comunistas puedan manejar con comodidad los designios de las dos formaciones.
“Sanz se pasa de frenada"
El anuncio de la renuncia de Ada Colau al acta de concejala en Barcelona abona la teoría de que los aparatos de BeC y de CeC quedan medio desarbolados. De hecho, CeC es un buque insignia en Cataluña, que quedó tocado tras las elecciones autonómicas y europeas. En las primeras, los comunes perdieron dos escaños en el Parament. En las europeas, se llevaron un sonoro tortazo y su cabeza de lista, el exteniente de alcalde Jaume Asens, sacó incluso menos votos que Podemos en Cataluña. O sea, un fracaso en toda regla.
Con estas cartas, la partida se pone cuesta arriba para Colau y su guardia de corps. Sanz y los suyos no cejarán, al contrario, apretarán aún más. “Janet va muy a lo suyo. A veces se pasa de frenada tomando decisiones o forzando estrategias, y eso ha creado malestar en algunos estamentos. Las tensiones en los comunes han ido en aumento los últimos meses, eso es innegable, pero no habrá crisis interna por eso”, relata a Metrópoli una fuente interna de los comunes.
Un paréntesis para cargar pilas
Nadie duda de que Colau tiene (y seguirá teniendo) imagen y carisma. “Hay que reconocer que Colau es el activo más importante que tenemos. Es la única, en estos momentos, capaz de competir para obtener la alcaldía de Barcelona. Pero también es verdad que está cansada. Su retirada de primera línea de la política municipal le permitirá cargar pilas para afrontar una nueva etapa de futuro dentro de un tiempo”. En el partido, al menos de momento, no existe la intención de abandonarla en la cuneta, sino que se la mantendrá como figura mediática y polo de atractivo para la ciudadanía. De hecho, la propia exalcaldesa ha dejado en el aire la posibilidad de presentarse de nuevo como candidata a alcaldesa de Barcelona en las municipales de 2027.
Serían las cuartas elecciones a las que se presentaría, pulverizando toda la normativa ética de la que los comunes hacían gala: sus normas eran que un mismo candidato no se podía presentar más de dos veces y, excepcionalmente, tres, por circunstancias muy específicas. Esas circunstancias muy específicas ya no se dieron en el 2023, puesto que ninguna razón excepcional hacía necesaria la ruptura de las reglas internas.
No hay un "dilema moral"
“Si vuelve en el 2027, será después de un periodo de reflexión, con una nueva estrategia ya definida y con nuevos horizontes. Colau se toma un respiro de aquí al 27, en un paréntesis que la libera de la política diaria y le permite repensar el discurso y la hoja de ruta. En otras palabras, abandona la política diaria para volver con las ideas renovadas y adaptadas a la nueva realidad. Por tanto, a pesar de las críticas que se han vertido, si vuelve a presentarse en las próximas municipales será después de este paréntesis. Eso no representa ningún dilema moral”, explican las fuentes.
Pero su nueva etapa como representante de los comunes en foros internacionales, amén de otros cometidos en la Fundación Sentido Común da alas a los verdes para copar más poder. “Los ex de ICV no ocultan que quieren tener más peso y, de hecho, ya lo han ganado. En las últimas semanas, el protagonismo de Sanz en el Ayuntamiento ya se ha notado claramente”, reconocen en el partido. Sanz tiene puntales como Joan Mena, Lluís Mijoler o David Cid que manejan con maestría los hilos de los comunes.
En su nuevo cometido, Colau también estará bien controlada. En el patronato de la Fundación a la que se dedicará parcialmente en los próximos años se han colocado, además de Sanz, dirigentes como Ricard Gomà, Laia Ortiz (ambos han sido concejales ya en tiempos de ICV) o el catedrático Quim Brugué, ex director general de Participación Ciudadana de la Generalitat entre 2004 y 2008.
Tensión en el Parlament
En resumen, en algunos sectores provenientes de movimientos ciudadanos opinan que la antigua ICV está copando poco a poco parcelas de poder que hasta ahora no estaban bajo su control. Ello ha creado malestar entre algunos activistas y se han dado casos de bajas en sus responsabilidades, que se han desentendido del partido y se han vuelto a sus casas. Pero el tema puede afectar también al grupo parlamentario. La líder del Parlament, Jessica Albiach, está muy marcada por la actividad de Mena y de Cid y ha visto erosionada su imagen. De hecho, ha hecho comentarios en su círculo más próximo que apuntan a un cansancio de la dirigente que podría llevarla a tirar la toalla, igual que ha hecho Colau.
Los cambios en la cúpula de CeC este noviembre pueden ser decisivos para su futuro político. Pero, mientras, la tensión ha aumentado en el seno de los comunes. Pese a la imagen que se proyecta hacia el exterior, la procesión va por dentro y Colau se lleva cada día peor con los de ICV, que no pierden comba y aprovechan todas las oportunidades para ir copando parcelas de poder dentro del partido.