Ada Colau se ha despedido este viernes del Ayuntamiento de Barcelona. Pero, lejos de los casos de Ernest Maragall y Xavier Trias, su marcha no ha apuntado a un 'adiós', si no a un 'hasta luego' que deja abierta la puerta a una eventual vuelta para los comicios municipales de 2027.
La exalcaldesa ha iniciado su discurso con agradecimientos, que ha centrado en el personal del consistorio. Sin embargo, no ha necesitado mucho tiempo para cambiar el rumbo de sus palabras.
Tras defender polémicas medidas como el “modelo Superilla”, ha iniciado su reguero de reproches. Retrasos en las votaciones para la unión del tranvía por la Diagonal, las quejas por una “guerra sucia” con “20 querellas archivadas” o las referencias al Rey como “monarca corrupto” han marcado un discurso ausente de autocrítica.
“Élites provincianas”
Ya inmersa en una nostalgia activista, Colau ha señalado que su mayor decepción al frente del consistorio barcelonés se la ha llevado de las “élites provinicianas, mediocres y avariciosas” que “piensan demasiado en el corto plazo”.
El final del discurso se ha caracterizado por la vuelta a los agradecimientos, que han sido destacados para Vanesa Valiño. La ya exlíder de los comunes ha agradecido que le diera “la primera oportunidad para trabajar en el Observatori DESC”, un pasado laboral que Colau ha sabido agradecer en los dos últimos mandato a base de subvenciones.
Sin disculpas a Trias
Jordi Martí Galbis, líder de Junts, ha reprochado a Colau que su formación aprovechara “informaciones falsas para malmeter la imagen y las expectativas electorales de Trias”, algo por lo que no ha pedido “disculpas” al exalcalde.
El regidor de Junts ha recordado a la exedil de BComú que su formación llegó “con la bandera de la nueva política” pese a que lo importante sea la “buena política”, y ha señalado que no puede desear mucha suerte a nivel profesional a Colau “si quiere hacer algo como lo que ha hecho en Barcelona, pero fuera de Barcelona”.
Acuerdos y discrepancias
Laia Bonet, primera teniente de alcaldía, ha recordado que Colau es la “primera mujer alcaldesa procedente del activismo político”, y ha destacado que, durante los gobiernos de coalición con los comunes, “acordaron y discreparon desde el respeto”.
Para Janet Sanz, nueva líder del grupo municipal de BComú, Colau ha sido una “figura histórica para Barcelona”. La regidora ha alabado a su compañera de partido, de quien ha asegurado que “la mayoría social y diversa” nunca le ha dejado sola. Elisenda Alamany, líder de ERC, ha señalado que los republicanos comparten el “diagnóstico de los nuevos tiempos de la política” con los comunes.
Su marcha, el mayor legado
Daniel Sirera, líder del PP, no ha dudado sobre cual ha sido el mayor legado de Colau tras su paso por el Ayuntamiento. “Lo mejor que ha hecho en los últimos nueve años por Barcelona lo está haciendo hoy”, ha asegurado, tras lo que ha criticado que haya dejado “el precio de la vivienda más caro de España” en la capital catalana.
Gonzalo de Oro, líder de Vox, ha lamentado que Colau haya hecho “alarde público de su sectarismo”, así como que su formación haya impulsado un “cordón antidemocrático que perjudica a todos los barceloneses”. “Se va la peor alcaldesa de la historia”, ha sentenciado.
Medalla de Oro
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha anunciado que propondrá la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad a Colau por su trayectoria al frente del consistorio.
El líder socialista ha expresado su “respeto personal y político” hacia la exalcaldesa, y ha valorado su “capacidad de trabajo, valores y coherencia” más allá de las discrepancias.