Abordar el incivismo con contundencia. Y hacerlo, además, en uno de los distritos más castigados de Barcelona. Jaume Collboni ha abordado el perjuicio que suponen las rutas de borrachera para los vecinos de Ciutat Vella con más dureza que nunca. Por primera vez, se han prohibido durante un periodo de cuatro años.
El pasado mes de agosto se firmaron los decretos para dar luz verde a esta medida. Finalizado el periodo de alegaciones, el consistorio barcelonés ha aprobado definitivamente este mes de octubre la prohibición de los recorridos hasta 2028, lo que garantiza la erradicación de esta actividad durante todo el presente mandato.
El castigo para aquellos que incumplan esta disposición será ejemplar. El Ayuntamiento emitirá multas cercanas al millar de euros, una cuantía que el gobierno municipal no descarta incrementar en caso de que así se precise.
Prohibiciones
Las prohibiciones de las rutas de borrachera en Ciutat Vella se remontan a 2012. El Ejecutivo local, encabezado entonces por Xavier Trias, puso remedio a los episodios incívicos que se producían en el distrito mediante esta prohibición. Desde el consistorio se adoptó esta decisión tras identificar algunos puntos especialmente conflictivos en el distrito, como la plaza Reial, el Born, el paseo Marítimo de la Barceloneta y la calle de Nou de la Rambla.
Los sucesivos gobiernos municipales validaron este veto, que hasta la fecha han prorrogado de forma anual para garantizar el descanso vecinal. Este año, Collboni ha ido más allá mediante una extensión de la prohibición durante los próximos cuatro años, por lo que la medida seguirá vigente hasta el 11 de octubre de 2028.
Condiciones
La aprobación definitiva de este Decreto de Alcaldía explicita la prohibición de “promover, organizar o ejecutar, bajo cualquier modalidad, rutas organizadas entre los establecimientos de pública concurrencia”, por su incompatibilidad con la convivencia ciudadana en el distrito barcelonés.
La medida se aplicará entre las 19.00 y las 07.00 horas de forma diaria, por lo que, como hasta ahora, no se discriminará entre días laborables y festivos en la capital catalana para su aplicación.
Sanciones
Aquellos que incumplan con las limitaciones establecidas se enfrentarán a sanciones que pueden alcanzar los 900 euros, una cifra que el Ayuntamiento no descarta incrementar en el futuro. Las multas recaerán sobre los guías de los grupos, las empresas promotoras de las rutas e, incluso, sobre los bares colaboradores.
Según datos municipales, el incumplimento de esta normativa englobada en la Ordenanza sobre el uso de las vías y los espacios públicos ha supuesto la imposición de cientos de multas en los últimos años. La Guardia Urbana emitió 408 denuncias por la realización de campañas de promoción del consumo de alcohol en 2022, una cifra que ascendió a 583 el año pasado y que se ha establecido en 129 durante la primera mitad de 2024.
Multas a los botellones
Aquellos que opten por los botellones como alternativa a las rutas de borrachera tampoco lo tendrán fácil. En 2022, el gobierno municipal endureció la Ordenanza de civismo de la capital catalana, lo que conllevó un incremento de las sanciones para estos infractores.
Con esta modificación, los incumplimientos considerados como leves pasaron de 60 a 100 euros, mientras que el coste de los graves se dobló, lo que supuso su incremento de los 300 a los 600 euros.