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Fiscalizar al gobierno municipal. Pero hacerlo de manera “más coherente”, con un discurso que “no lleve a falsedades”. Emitir mensajes “constructivos”, lejos de la crítica vacía. Este es el viraje que, aún con cierta timidez, ha tomado la Federació d'Associacions Veïnals de Barcelona (FAVB), tras ejercer como valedora de los gobiernos municipales de Ada Colau durante ocho años.

El trabajo de la federación, encarrilado en el marco ideológico de BComú, ha sido recompensado desde el Ejecutivo local durante los últimos mandatos. Con una suma de cuatro millones de euros, troceada en numerosas subvenciones, los comunes se han asegurado una FAVB alineada a su programa. Una situación que, ahora, comienza a mostrar síntomas de cambio.

Discurso suavizado

En los últimos meses, la FAVB ha “suavizado su discurso”. Así lo apuntan fuentes internas de la entidad a Metrópoli, que referencian una rebaja en el radicalismo de los “argumentos” de algunos colectivos con “mucho peso en la junta”, como la Xarxa Veïnal del Raval.

Comparecencia de la FAVB ARCHIVO

El cambio no está reñido con la necesidad de controlar la acción de gobierno, una tarea en la que la federación debe jugar un rol relevante, pero acompañada de una aportación adecuada. “Tiene que haber una oposición, siempre y cuando el discurso no lleve a falsedades y contenga un mensaje constructivo”, señalan.

Este viraje en el discurso, en la fiscalización más racional al gobierno de Jaume Collboni, se ha ejemplificado en cuestiones como el turismo. “Se ha pasado de pedir una reducción turística a hablar de cambio de modelo”, explican las citadas fuentes.

Núcleo afín a Colau

La FAVB conserva su núcleo duro afín a Colau, pero el cambio de tendencia lo ha diluido. Hay dos nombres, los más radicales, que resisten, pero su voz está “más silenciada”. Se trata de Albert Recio, vicepresidente primero, y de Ana Menéndez, vicepresidenta segunda.

Ana Menéndez (centro) durante una rueda de prensa de la FAVB EUROPA PRESS

Recio ha defendido el modelo económico de Colau. El decrecimiento, la Barcelona del 'no' encarnada en un portavoz vecinal que ha insistido, entre otras cuestiones, en el rechazo a la ampliación del aeropuerto de Barcelona. Menéndez ha reproducido el discurso de los comunes en aspectos como la movilidad, el urbanismo y el turismo, convirtiéndose en la máxima exponente de la afinidad a BComú.

Camilo Ramos, actual presidente de la entidad cuyo inicio en el cargo emuló la radicalidad de su predecesora, ha escenificado un ligero desmarque de este núcleo, según se explica a este medio. "Está activo, pero sus argumentos son más asequibles", apuntan las mismas fuentes.

Terrazas

El pulso de la FAVB con algunas cuestiones, como las terrazas de la capital catalana, continúa vigente, lo que ha despertado el rechazo del Gremi de Restauració. Los restauradores han endurecido su respuesta a la federación, anunciando que la demandarán por las subvenciones municipales injustificadas que recibe. “Es momento de decir basta a financiar a quienes buscan hundir nuestra ciudad", afirmó Roger Pallarols, presidente del Gremi, hace escasos días.

El sector pide, así, que el gobierno municipal rompa con la dinámica instaurada por Colau. Como informó Metrópoli, durante la alcaldía de la exedil Barcelona inyectó cuatro millones de euros a la federación, procedentes de la administración local. Sin embargo, suprimir las subvenciones públicas de un Ayuntamiento a una federación vecinal es una tarea con difícil justificación.

Las fuentes consultadas creen, además, que el posicionamiento del Gremi es desafortunado en un momento de cambio como el actual. En este aspecto, recuerdan que la FAVB ha sustituido el rechazo directo a las terrazas por un discurso en el que se “quieren terrazas”, pero ajustadas a ciertas normas.

Recuperar la ciudad

Llegados a este punto, ¿hacia dónde debe remar la federación? “Tenemos que acercarnos a los valores propios de ciudad, recuperar la Barcelona olvidada en los últimos diez o 12 años. Tiene que ser una ciudad cosmopolita y puntera en muchos aspectos, y no hay que dejar que se hunda la economía”, señalan las fuentes referenciadas.

Acciones como el cambio de dirección en Turisme de Barcelona o la creación del Pacto por Ciutat Vella se ven con buenos ojos por parte de aquellos que quieren evitar la vuelta a la FAVB más radical, aquella que durante años ha ignorado “las pequeñas luchas sociales” en barrios que se negaron a seguir la senda de BComú.