Una acción del Ayuntamiento de Barcelona por 3,2 millones de euros. El escándalo Errejón ha puesto de vuelta y media todo el país. Y aún más a los círculos de la izquierda, que no esperaban un impacto semejante que tuviese como protagonista (negativo) a uno de los iconos de la nueva política. La agresión sexual y el machismo inherente a las actuaciones de Íñigo Errejón, exportavoz de Sumar, el socio menor del Gobierno español, ha puesto en la picota la propia credibilidad de las políticas que se llaman feministas impulsadas precisamente por los partidos de la izquierda radical.
A ello se le suma la curva alarmantemente ascendente de las agresiones sexuales y los crímenes machistas producidos en el ámbito familiar.
Esta semana, el Ayuntamiento lanzaba a la opinión pública un aviso muy conciso: “En Barcelona, no estás sola para hacer frente a las violencias machistas. Tanto si vives una agresión en primer a persona como si conoces algún caso, los servicios municipales están de tu lado”.
Paralelamente, el consistorio quiere abonar la campaña ‘Hola, no estás sola’ para conmemorar el 25 de noviembre como el día de una ciudad sin violencias machistas.
Hay quien no se lo cree. Una internauta respondía al anuncio del Ayuntamiento quejándose: “Muy ramplón el discurso. Si ya sabemos que a los agresores les dais cursillos xupiguais como ha ido haciendo la Tania Verge [consejera de Igualdad y Feminismos]. ‘Todo mi apoyo a la víctima, pero, eh, hemos de conocer, por parte del agresor, quién la ha inducido a hacer mal’ y luego nos los encontramos por la calle como si nada”.
Nueva licitación con más dinero
Las políticas del Ayuntamiento no reflejan esa filosofía. El consistorio acaba de adjudicar el contrato de gestión del Centre Municipal d’Acolliment d’Urgències per Violència Masclista (CMAU) a la Fundació Salut i Comunitat.
Esta entidad ya había gestionado un contrato similar desde el año 2021 y ahora se ha vuelto a licitar por otros 4 años. El primer contrato, por dos años, asciende a 1.605.874 euros, que se duplicará para llegar a 3,2 millones al año si al final de este periodo se le aplica la cláusula de prórroga por otros dos años.
El CMAU controla los pisos secretos municipales que acogen a mujeres maltratadas, en muchos casos con sus hijos, para evitar precisamente que los maltratadores sigan cebando su cólera en ellos. Se trata da proporcionar un espacio de seguridad, respiro, contención emocional y apoyo a la mujer o a la persona que sea garantizando una atención personalizada.
Servicio permanente
Fuentes municipales explican a Metrópoli que el CMAU “es uno de los recursos residenciales de los que dispone el Ayuntamiento de Barcelona para dar atención a mujeres que viven a violencia machista y a sus hijos e hijas”.
Este servicio facilita la acogida en urgencia en régimen temporal con el fin de garantizar la seguridad personal tanto de las mujeres víctimas de violencia como de sus hijos. “Estos recursos prestan servicio las 24 horas del día cada día del año y disponen de un equipo multidisciplinar tanto en el ámbito social como el psicológico”, subrayan las fuentes.
Para acceder al servicio es preciso que los casos sean derivados por el Servicio de Atención, Recuperación y Acogida (SARA) del Institut Municipal de Serveis Socials (IMSS). Los profesionales del SARA complementan la ayuda queofrece el CMAU aportando, por su parte, equipos de psicólogos, trabajadoras sociales, educadoras sociales y los técnicos necesarios para ayudar a las víctimas de maltrato.
27 plazas
El CMAU gestiona un total de 27 plazas donde esconder a las víctimas, explican fuentes municipales a este diario. En 2023, pasaron por sus dependencias un total de 37 mujeres, 44 niños o niñas y un familiar de una de las mujeres.
En total, más de 80 personas huyendo de una situación familiar no sólo agobiante, sino peligrosa para su integridad física y mental. Lo normal, según las fuentes, es que las personas acogidas puedan pasar en estas instalaciones entre dos y tres meses antes de conseguir una vivienda de larga estancia.
Las cifras, sin embargo, son aún pequeñas para las necesidades sociales existentes. “Lamentablemente, siempre hay necesidad de plazas de acogida de urgencia, Por este motivo, se recurre al alojamiento urgente en pensiones y hostales. De cara a 2025, el Ayuntamiento tiene previsto la contratación de nuevas plazas de acogida residencial”, añaden las fuentes.
Las clases de violencia
De momento, con las herramientas al alcance de la mano municipal, se intenta no sólo garantizar la integridad física de las personas maltratadas, sino también “dar ayuda a la mujer para que pueda explicar adecuadamente a sus hijos e hijas, si tiene, porqué están allí y cómo les afecta la decisión. Por lo menos, asegura la cobertura de las necesidades básicas de alojamiento, atención y salud de las personas acogidas”.
La violencia machista sobre la mujer se puede producir de varias maneras: puede ser violencia física, que comprende cualquier acto que requiera la fuerza física con riesgo de producir lesiones o daños; la violencia psicológica, que comprende conductas que producen padecimiento, amenazas, humillación, vejaciones o exigencia de obediencia o sumisión, coerción verbal, insultos, aislamiento u otras limitaciones; violencia sexual y abusos sexuales, que son actos de naturaleza sexual no consentidos, incluidas la exhibición, observación o imposición, por medio de violencia o intimidación, de prevalencia o manipulación emocional y de relaciones sexuales, independientemente de la relación de la víctima y el maltratador.
Empadronadas o no en la ciudad
Por último, hay violencia económica, que consiste en la privación intencionada y no justificada de recursos para el bienestar físico o psicológico de una mujer o de sus hijos y la limitación de los recursos propios o compartidos en el ámbito familiar o de pareja.
Según recogen los informes municipales sobre la cuestión, existen dos situaciones que requieren un acogimiento de urgencia para las personas maltratadas: el abandono inmediato del domicilio a causa de maltrato machista; o el hecho de que una persona se haya quedado en shock después de padecer una agresión grave, ya sea física, psicológica o sexual.
“En ese caso, se le ofrece la posibilidad de acceder al CMAU para disponer de unos días de reflexión y de un espacio de contención y escucha con profesionales que podrán aclarar sus dudas y acompañar su proceso de toma de conciencia sobre lo que le pasa y facilitar su toma de decisiones”.
En el CMAU se atienden a todas las mujeres, independientemente de que estén empadronadas o no en la ciudad, hayan interpuesto o no denuncias e independientemente de su situación administrativa.