Los presupuestos de Barcelona deberán esperar a 2025. Esta ha sido la decisión del gobierno municipal, consciente de la necesidad de asegurar unas ordenanzas fiscales que garanticen, con el apoyo de BComú y ERC, las nuevas cuentas para la ciudad el próximo año.
Los tributos requieren una mayor urgencia. A diferencia de los presupuestos, los impuestos municipales deben aprobarse antes de finalizar el año para que puedan aplicarse en el siguiente ejercicio evitando, así, una prórroga anual de las últimas ordenanzas aprobadas.
Con este escenario, el Ejecutivo de Jaume Collboni dedicará la recta final del año a ultimar unos impuestos marcados por las concesiones a comunes y republicanos, formaciones con las que deberá consolidar un tripartito que blinde los presupuestos el próximo mes de enero.
Aprobación de ordenanzas
El Ejecutivo local logró, el pasado mes de octubre, la aprobación inicial de las ordenanzas fiscales. Tras este beneplácito, los tributos barceloneses encararon el periodo de información pública, que se inició el día 29 del citado mes y finalizará este miércoles.
Durante los próximos días, el gobierno de Collboni deberá resolver las alegaciones presentadas a los presupuestos para que, el 18 de diciembre, se celebre una Comisión de Economía extraordinaria con el único fin de aprobar definitivamente las ordenanzas de 2025.
Exigencias de BComú y ERC
Comunes y republicanos señalaron, tras facilitar la aprobación inicial de las ordenanzas gracias a las concesiones de los socialistas a estas fuerzas, que su voto no garantizaba al gobierno municipal su beneplácito definitivo a las ordenanzas. El grupo liderado por Janet Sanz enumeró una serie de exigencias para “corregir la deriva elitista” del Ejecutivo de Collboni.
Un incremento del 1,30% del IBI a los hoteles de lujo e iniciar la regulación de los alquileres de temporada antes de finalizar el año fueron las peticiones más relevantes de BComú. Las pacificaciones de las calles de Sants-Creu Coberta, de Sicília y el paseo de Maragall, la ampliación de la superilla del Eixample y el impulso a una óptica y una funeraria municipal, completaron las principales reclamaciones de los comunes.
ERC también marcó los requisitos para formalizar su apoyo a las ordenanzas. Una de las principales líneas rojas de los republicanos fue la reducción del coste de la nueva tasa de residuos con la imposición de un nuevo recargo en el impuesto turístico, para lo que se requiere una modificación de la ley de residuos. Los republicanos llevaron la propuesta al Congreso, donde se debatirá este mes de diciembre.
La formación liderada por Elisenda Alamany requirió una segunda medida para incrementar el gravamen a la actividad turística, basada en el impulso de un nuevo impuesto sobre los cruceros que atraquen en Barcelona.
Presupuestos en enero
La previsible aprobación de las ordenanzas fiscales allanará el camino para obtener el visto bueno a los presupuestos en enero de 2025, objetivo del gobierno de Collboni.
El acercamiento entre el Ejecutivo local y las citadas formaciones en el día a día municipal, a falta de un posible acuerdo formal de gobierno, resulta evidente, articulando un tripartito de facto que se ha escenificado en algunas aprobaciones recientes, como la modificación de la Ordenanza de circulación.
Validados definitivamente los tributos barceloneses, el apoyo de BComú a los presupuestos sería automático. Salvo que se produjera un cambio en el posicionamiento de los comunes, éstos garantizaron que unificarían su sentido del voto para impuestos y cuentas.
El posicionamiento republicano, en el aire
Diferente es el caso de ERC. Los republicanos, con Alamany y el edil Jordi Coronas al frente de las negociaciones, alcanzaron un preacuerdo con el PSC para materializar su entrada en el gobierno municipal, que se traducía en el control del área de Promoción Económica y Turismo por parte de los republicanos.
A falta de conocer el resultado de la segunda vuelta del congreso de ERC, que este sábado enfrentará a Oriol Junqueras (Militància Decidim) y Xavier Godàs (Nova Esquerra Nacional) para tomar el control del partido, el expresidente del Govern ha advertido de la necesidad de actualizar este pacto.
El republicano ha señalado este martes que el preacuerdo se materializó “hace mucho tiempo”, y supeditó una eventual entrada en el gobierno de Collboni al alcance de un nuevo trato, lo que también podría repercutir en la aprobación de los presupuestos barceloneses para el próximo año.