El Ayuntamiento de Barcelona quiere frenar la proliferación de las palomas en la ciudad. El gobierno de Jaume Collboni ha impulsado una campaña de sensibilización para evitar que los vecinos den de comer a estas aves con informadores en cerca de 40 espacios de los diferentes distritos.
Según los últimos datos proporcionados por el Ayuntamiento, en la capital catalana se han detectado 236 personas que dan de comer a las palomas de forma recurrente. El plan municipal pasa por intensificar la interacción con estas para concienciar sobre el riesgo que supone alimentar a estos animales, que ya son un problema en algunos puntos de la ciudad, donde pueden llegar a cuadriplicar su población.
Entre todos los distritos, Ciutat Vella es el que presenta una situación más crítica. De hecho, según los datos aportados por el consistorio, la elevada población de palomas en Barcelona ya resulta un problema grave.
Frenar a los grandes alimentadores
Los cálculos de los servicios municipales estiman que en la capital catalana hay unos 103.226 ejemplares. Ello se traduce en una densidad estimada de 1.300 y 1.700 aves por kilómetro cuadrado, cuando el límite a partir del cual se considera necesario establecer medidas es de 300-400 animales.
Las acciones de concienciación se dirigen en especial a las personas que dan de comer grandes cantidades de comida de forma habitual, es decir, aquellas personas que aportan más de dos kilos al día.
Reducción de la fertilidad
El plan del consistorio no se queda ahí, ya que también se trabaja con los alimentadores espontáneos, personas que comparten parte de su comida, y los pasivos, personas que abandonan comida en la calle.
Estas medidas se suman a los esfuerzos del consistorio para frenar la sobrepoblación de estos animales. El Ayuntamiento ha impulsado la reducción de la fertilidad, con la instalación de dispensadores en 42 comederos en la ciudad y la eliminación de estructuras que sean susceptibles de convertirse en grandes nidos para su cría.