Convencido de que lidera la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, el concejal del PP, Daniel Sirera, ha endurecido su actitud con elementos que defiende ahora con insistencia la derecha en todos los consistorios: cómo limitar los empadronamientos.
Sirera reclama al alcalde Jaume Collboni un plan para frenar los empadronamientos "fraudulentos o masivos", tras recibir algunas denuncias de ciudadanos sobre desconocidos empadronados en sus casas.
La derecha se agarra a esas cuestiones consciente de la capacidad de movilización que pueden tener. Más allá de la retórica, hay casos reales que angustian a la ciudadanía.
Sin domicilio fijo
Para ello, el plan que el PP planteará en la comisión de Presidencia, Seguridad y Régimen Interior del Ayuntamiento pasa por revisar el padrón para "identificar, verificar y corregir" los empadronamientos.
Daniel Sirera
A juicio de Sirera, más de 45.000 personas están empadronadas sin domicilio fijo y muchas están concentradas en algunos puntos o vinculadas a inmuebles no residenciales: "Solo en un local municipal de servicios sociales se empadronaron cerca de 6.000 personas", cifra que considera irreal y que distorsiona el reparto de recursos y servicios públicos.
Ejes centrales
Pero, ¿cómo llevar a cabo ese plan? La idea es revisar las casas con un número desproporcionado de empadronados, los inmuebles no residenciales con inscripciones activas, los locales ocupados ilegalmente, empadronamientos recientes en masa en un mismo domicilio, y pedir colaboración a otros ayuntamientos para detectar empadronados en varios municipios a la vez.
Sirera insiste y reclama nuevos protocolos que incluyan la verificación documental, inspecciones presenciales en casos sospechosos, coordinación con la Guardia Urbana y otros cuerpos para detectar indicios de actividad ilegal, y garantizar a los dueños de inmuebles afectados por empadronamientos fraudulentos "que pueden tramitar las bajas de éstos".
La medida puede ser uno de los ejes centrales del PP en Barcelona, que aspira a tener un papel relevante y quedar por delante del grupo de Junts, que está inmerso ahora en una gran batalla interna para elegir a su próximo candidato a la alcaldía.