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El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este miércoles su nuevo Plan de Drogas y Adicciones 2025-2028, una hoja de ruta que pone el foco en tres ámbitos prioritarios: el fenómeno del ‘chemsex’, el consumo de alcohol, y lo que denominan “nuevas adicciones”, como la adicción al juego, las pantallas o las compras compulsivas.

El documento, que servirá de marco para las políticas municipales de prevención y atención en salud mental y drogodependencias durante los próximos tres años, contempla también una mayor coordinación entre servicios sanitarios, comunitarios y educativos, así como nuevas campañas de sensibilización dirigidas especialmente a jóvenes y colectivos vulnerables.

Más allá de las drogas clásicas

Una de las principales novedades del plan es la inclusión explícita del chemsex, una práctica creciente que combina el uso de drogas con sexo prolongado y que se ha identificado principalmente en hombres que tienen sexo con hombres (HSH).

“Queremos intervenir de forma específica en espacios donde sabemos que hay más riesgo, y con enfoques que no criminalicen ni estigmaticen a las personas”, han indicado desde la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB).

Imagen de archivo de copas de vinos Europa Press

Junto con el chemsex, el plan también señala el alcohol como la sustancia más consumida —y normalizada—, especialmente entre menores y jóvenes adultos.

Se reforzarán las acciones preventivas en entornos festivos y escolares, además de potenciar el uso de herramientas como el Pantalles en pausa, ya en marcha en institutos.

Las “nuevas adicciones”

El plan incorpora además las llamadas adicciones sin sustancia, que incluyen desde el uso problemático de móviles y redes sociales hasta la ludopatía o la compra compulsiva.

Aunque estas conductas no implican consumo de drogas, generan impacto en la salud mental y social que preocupa cada vez más a los profesionales.

Grabación de un vídeo para redes sociales PEXELS

La regidora de Salud, Derechos Sociales y Feminismos, Marta Villanueva, ha subrayado que “el plan parte de un enfoque de derechos y salud comunitaria”, y que “la prevención no puede centrarse solo en la prohibición, sino en generar entornos saludables, información clara y recursos accesibles”.

Refuerzo a los servicios existentes

El consistorio prevé reforzar los centros de atención y seguimiento de drogodependencias (CAS) y ampliar la red de puntos de atención comunitaria, especialmente en barrios donde se ha detectado un repunte de consumo problemático.

También se reforzará el trabajo con entidades del tercer sector que ya trabajan con usuarios en situación de vulnerabilidad.

Además, el plan contempla herramientas específicas para abordar la dualidad entre salud mental y consumo, un fenómeno en aumento tras la pandemia y que afecta especialmente a jóvenes.

Seguimiento hasta 2028

El Plan de Drogas y Adicciones 2025-2028 prevé una evaluación intermedia en 2026 y una final al concluir el período, con indicadores de impacto y cobertura en todos los ejes de actuación.

La ASPB ha anunciado que publicará informes periódicos con datos actualizados de consumo, intervención y percepción ciudadana.

Con este plan, el Ayuntamiento busca consolidar una respuesta transversal, basada en la evidencia y que responda a los nuevos patrones de consumo y dependencia en la ciudad.

"La realidad cambia y debemos adaptarnos. Este plan es una herramienta viva que seguirá evolucionando con la ciudad", concluyen fuentes municipales".

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