La líder de BComú en Barcelona, Janet Sanz

La líder de BComú en Barcelona, Janet Sanz EUROPA PRESS

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Decrecimiento turístico: la línea roja de los comunes para aprobar los presupuestos de Collboni en Barcelona

La formación liderada por Janet Sanz advierte al gobierno municipal que el incremento del tributo para los visitantes resulta insuficiente, y destaca la necesidad de implementar medidas que rebajen la presencia de turistas en la ciudad

Otras informaciones: Barcelona consolida un bloque de izquierdas para dar luz verde a los presupuestos de 2026

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La gestión del turismo será decisiva para aprobar las cuentas y los tributos de Barcelona. Con esta firmeza se ha expresado BComú en la Comisión de Economía extraordinaria de este jueves, en la que la formación liderada por Janet Sanz se ha sumado al acuerdo entre ERC y PSC para dar luz verde a las propuestas municipales.

Los puntos de partida de republicanos y comunes han sido muy distintos. La predisposición para dialogar y pactar de los primeros ha contrastado con la actitud de rechazo de los segundos, quienes a última hora han dado un beneplácito cargado de advertencias al Ejecutivo de Jaume Collboni.

El grupo de Sanz ha marcado algunas líneas rojas, con especial énfasis en la gobernanza turística. Para los comunes, el aumento de la carga tributaria a este colectivo resulta insuficiente, y están dispuestos a forzar a Collboni a endurecer su propuesta a cambio de facilitar la aprobación definitiva de los presupuestos y las ordenanzas fiscales de 2026.

Recargo turístico

La principal medida pactada por PSC y ERC para sacar rédito del turismo, que ha recibido la validación de BComú, es el incremento del recargo turístico en un euro anual, con la finalidad de alcanzar los ocho euros en 2029.

Este aumento facilitará la creación de un fondo de retorno turístico de diez millones de euros para 2026, que compensará el impacto de los visitantes en los barrios más afectados. Si se cumplen las previsiones, en 2029 se alcanzará una recaudación de 70 millones de euros.

Una turista en el centro de Barcelona en una imagen de archivo

Una turista en el centro de Barcelona en una imagen de archivo GALA ESPÍN Barcelona

El gobierno municipal también ha asumido la petición republicana para que Barcelona ejerza como capital turística de Catalunya y de embajadora de la cultura y de los productos del país, lo que conllevará una inversión estimada de un millón de euros.

Decrecimiento

Los comunes han exigido ir más allá. El edil Marc Serra ha señalado que su formación no se conformará con medidas para "paliar los efectos del turismo", y ha supeditado el apoyo definitivo a los presupuestos y los tributos a la articulación de propuestas para "decrecer turísticamente".

BComú no ha aterrizado este concepto en medidas concretas. La advertencia evoca a la turismofobia protagonizada por los comunes en los dos mandatos anteriores, rechazada en múltiples ocasiones por el grupo socialista.

También existe un precedente cercano. El año pasado, el Ejecutivo local disparó el precio de la entrada al Park Güell para contar con el visto bueno de los comunes a los tributos municipales. La formación de Sanz exigió doblar el coste del ticket, pasando de diez a 20 euros. Finalmente, el boleto quedó fijado en 18 euros.

Vivienda

Los comunes también han marcado sus exigencias en vivienda para apoyar las cuentas y los tributos de Collboni. Garantizar la prohibición del alquiler de temporada antes de finalizar el año ha sido una de las reclamaciones del partido.

La líder de BComú en el Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz

La líder de BComú en el Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz Europa Press

BComú también ha logrado el compromiso municipal para crear una mesa de diálogo entre el Síndic de Greuges de Barcelona, vecinos y el Ayuntamiento, con la finalidad de abordar el conflicto de vivienda en Vallcarca.

Votación definitiva

La votación para someter las cuentas y los tributos a aprobación definitiva dependerá del avance de las negociaciones, pudiendo demorarse hasta diciembre.

Si no se alcanza un pacto definitivo, Collboni deberá someterse a una cuestión de confianza para aprobar los presupuestos de la ciudad. Este procedimiento excluiría las ordenanzas fiscales, que quedarían rechazadas.