Sant Ramon es un lugar privilegiado en el conjunto de Barcelona o, al menos, así lo asegura Josep Maria Menéndez, presidente de la asociación de vecinos. Su ubicación permite la buena comunicación tanto con la capital catalana como con el Área Metropolitana, un aspecto muy favorable. Pese a ello, la interminable línea 9 de metro o los problemas que llegan a tener con algunos vecinos de l'Hospitalet son algunas de las luchas pendientes de ser ganadas por los vecinos.

¿Cuáles son las principales problemáticas del vecindario?

La verdad es que en este barrio desde las obras de mejora de Sant Ramon y Cardenal Reig hay mucha tranquilidad. Desde la pavimentación hasta las cloacas, se hizo todo nuevo. También se consiguió que diferentes lineas de autobús llegaran al barrio. Conseguimos el 15, actual H8, el 54, y se ha mantenido la línea de metro, con la parada de Collblanc, y la línea 52 que va a Montjuïc, así como autobuses que van a Cornellà y Sant Just.

Pese a ello, ¿falta trabajo por hacer en materia de movilidad?

En Travessera de Les Corts siempre hay problemas cuando juega el Barça, sobre todo desde la calle de la Riera Blanca hasta Gran Via de Carles III, así como en avenida de Joan XXIII.

¿Hay desacuerdos con la estructura urbanística planeada sobre el Espai Barça?

Los hay en algunos temas concretos, como la movilidad cuando esto esté en marcha. Se está trabajando en ello. Hay comisiones formadas entre el Barça, el distrito y los vecinos. Nos reunimos cada tres o cuatro meses. Creo que llegaremos a una solución, pero no sé a cual.

Para mí lo más importante es que la estación Camp Nou de la línea 9 esté operativa, y lamentablemente esto es lo último que van a hacer TMB y la Generalitat. Nunca se acaba, ya veremos si lo vemos terminado.

¿Qué peticiones trasladan en las comisiones con el Barça y los vecinos?

Además de la línea 9, que es la más importante, también está el tráfico y la movilidad de la gente que va y vuelve del estadio. El problema se reduce desde una hora antes del partido hasta media hora después, porque el Camp Nou se desaloja en 20 minutos. Se consiguió que el club pagara un extra de autobuses, poco a poco hay mejoras.

Pese a ello, siempre hay puntos calientes, como el parque Bacardí, donde se reúnen peñas y radicales. Si vienen ingleses, por ejemplo, siempre hay problemas. Antes de entrar y al salir crean altercados. Hay presencia policial, incluso de paisano, pero es imposible prevenir todos los actos vandálicos.

¿El club les ha pedido comprensión con algunos aspectos del nuevo proyecto?

Sí, de hecho al principio hubo muchas discusiones porque había gente que se oponía radicalmente al proyecto sin justificar el motivo. A base de muchas conversaciones entendieron que era una cosa buena para la ciudad, el distrito y para todos, incluso para los comerciantes de la zona. Los bares y tiendas van a tener un gran negocio porque la gente que va al campo no pedirá una cerveza en el interior por cuatro euros. Se van a ir a bares cercanos que la cerveza les costará dos euros. El ámbito de la restauración es lo que más se va a beneficiar. Han entendido que el Barça es un gran activo para el barrio.

Premios del Ayuntamiento por los 40 y 30 años respectivamente de la AAVV / RP



¿Como está afectando al barrio la situación de inseguridad que vive Barcelona?

Ha habido casos de chavales en bicicleta y patinete eléctrico que han dado tirones de bolso mujeres mayores, pero no hay muchos problemas. Lo que sí se ha erradicado es el botellón y la droga. Había puntos en la avenida de Joan XIII y en el parque Josep Munté, donde también había mucho botellón.

¿Ha habido una salida de gente joven a otras zonas de Barcelona y el Área Metropolitana?

Sí, aquí los pisos son caros, los alquileres están por las nubes. Los precios son equivalentes a otras zonas de Barcelona, pero aquí somos unos privilegiados porque estamos en una zona muy bien comunicada y que se hace querer. En este sentido se ha ganado mucho con las líneas ortogonales de autobuses, algo que costó mucho entender a la gente. Ha beneficiado a toda la ciudad.

¿Cómo valora el pasado mandato? ¿El barrio ha tenido un buen trato?

Nos faltan equipamientos porque no hay suelo. Hace años que estoy luchando por tener una guardería infantil pública, pero no hay espacio. Tardaremos en conseguirlo, tenemos que luchar entre todos. El colegio Pau Romeva se consiguió en el mandato de Hereu, es público. Centros privados sí hay, pero faltan públicos. Llevo siendo presidente de la asociación de vecinos desde 2008, y he visto mejoras en el barrio, como las reformas en la avenida de Sant Ramon, que se hizo estando yo de presidente. También se ha hecho el parque de Can Rigal, durante el mandato de Trias, pero no se ha terminado porque falta la parte de Hospitalet, que dice que no tiene dinero para esto. La idea era hacer un parque muy grande conjunto con equipamientos, pero se ha quedado a la mitad.

Con las actividades que organiza la asociación, ¿no echa de menos una ayuda del Ayuntamiento?

Entraron en el local de la asociación en mayo y robaron el proyector y el ordenador. Estamos pendientes de comprar uno pero no tenemos dinero. Los socios pagan 12 euros al año y se hacen actividades que están dando vida a la asociación. Pagamos IBI, luz, limpieza, teléfono y agua y no tenemos ningún feedback del Ayuntamiento.

Haces un proyecto de gastos para el local que sube a 6.000 euros, pides 1.000 y te dan 800. Para las fiestas también hay una subvención. El proyecto sale por 10.000 euros, pides el 50% y te dan 4.200. También nos hemos quejado del retraso en el abono de las subvenciones. La mayor no nos la dieron hasta agosto y la pedimos en enero. El músico que vino a la verbena de San Juan tuvo que esperar el pago. Los 800 euros restantes no los pagaron hasta el 20 de octubre.

El barrio hace frontera con L'Hospitalet. ¿En qué les afecta?

Mucha gente que viene aquí son de Hospitalet. Hay chavales que tienen problemas sociales y de convivencia y vienen aquí a gamberrear. Ahora no pasa tanto, pero antes se iban a la puerta de la discoteca que hay en la avenida de Xile. Se ha aumentado la vigilancia y el control, hay mucha mejora.

Pero luego te vas al aparcamiento, tenemos mucha zona gratuita y, según como, no puedes aparcar el coche siendo residente. Ves un coche que lleva allí muchos días y resulta que es de Hospitalet. Lo coge el sábado para irse a la segunda residencia y cuando vuelve por la noche lo deja en el mismo sitio, hay muchos casos. Hay una invasión de los vecinos de Hospitalet, se aprovechan del barrio.

¿Cuáles son los retos de futuro para el barrio?

La línea 9 es básica. Luego tenemos la estación de Ernest Lluch de la línea 5, que parece que se ha vuelto a reenganchar y esperemos que cumplan los plazos y que en máximo un año y medio ya esté operativa. La verdad es que aquí vivimos muy bien. Sobre todo nos falta la guardería y mejorar en aspectos de movilidad.

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