Este domingo, la asamblea de Eulen se vuelve a reunir. Votará la propuesta de la Generalitat que, como mediador, propuso un complemento salarial de 200 euros en 12 pagas. No fue el resultado esperando -solo la votaron dos trabajadores de 176- y el conflicto derivó el pasado viernes en un Comité de crisis que reunió a miembros de las tres administraciones. Pero los ánimos, lejos de vislumbrar una solución, son más tensos que nunca a las puerta de una huelga indefinida de 24 horas en el aeropuerto de El Prat.

“Que nos traigan a la Guardia Civil y a quien quieran”, declara el asesor del comité de huelga, Juan Carlos Giménez, a Metrópoli Abierta. Mientras tanto, el Gobierno recordaba que la asamblea de este domingo es “la última oportunidad” que tiene para desencallar el conflicto. Si el resultado no es el esperado por el Ejecutivo central, autonómico y local, es decir, aceptar el extra de 200 euros, agentes de la benemérita reforzarán los controles de vigilancia en El Prat.

“Nosotros ya votamos [el jueves] la propuesta de la Generalitat. ¿Qué pasa? Que le molestó a la Generalitat que solo tuvieran dos votos”, expone Giménez. Dos empleados de los 176 que fueron a votar, la mitad de la plantilla de Eulen. No espero una gran afluencia y espero un no rotundo a la propuesta de la Generalitat”, ha apreciado poco después en conversación telefónica.

La Guardia Civil en un control de seguridad aeroportuario / Quique García- EFE



LA HUELGA INDEFINIDA, MÁS CERCA

Giménez reitera que el pasado jueves se leyó de principio a fin la propuesta de la mediación, pero fue una nueva -nunca antes negociada- la que resultó la más votada: 250 euros en 15 pagas. Nadie se esperaba esa opción, como tampoco la de 200 euros a 15 pagas. No se había planteado en las semanas de negociación que habían dejado a sus espaldas y fue lo que descuadró tanto al Gobierno central como a la Generalitat y al propio Ayuntamiento. Desde el comité de huelga defendían que tenían que incluirlas porque eran las que más se ajustaban a las demandas de los trabajadores. 

La cuestión es que, tras esa votación y el correspondiente resultado, quedaba claro que la huelga indefinida de 24 horas iba a empezar el lunes. Había poco margen de maniobra. Pero el Ejecutivo, tras semanas sin intervenir pese a tener la competencia aeroportuaria, convocó un Comité de crisis en la Delegación del Gobierno en Catalunya, en la sede de Barcelona.

Por ella desfilaron el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna que presidió tres reuniones con miembros de las tres administraciones. Desde el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Julio Gómez Pomar hasta el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo; el presidente de Aena, José Manuel Vargas; la directora del Aeropuerto de El Prat, Sonia, Corrochano y el general jefe de la Guardia Civil en Catalunya, José Antonio Ángel Gonzalo.

De la Serna junto junto a Millo en el Comité de crisis al que acudieron agentes de la Guardia Civil / MARTA SÁNCHEZ 



También se reunió con los consellers Dolors Bassa, Josep Rull y Joaquím Forn así como con la alcaldesa Ada Colau en un gesto de informarla de primera mano sobre las actuaciones que se llevarán a cabo para eliminar las colas y parar la huelga. Y todos coincidieron en una demanda: que se volviera a someter a votación la propuesta del Govern previamente aceptada por la dirección de Eulen.

PULSO A LA DIRECCIÓN Y AL GOBIERNO

“Las soluciones que aporta el Gobierno son de pandereta”, sostiene Giménez en referencia al despliegue de la Guardia Civil en los controles de seguridad. “Siempre hay Guardia Civil. Es un absurdo porque el fondo del problema es otro”, asevera el experto externo que en todas estas semanas está asesorando al comité de huelga aun sin formar parte de la compañía.

Además, Giménez sostiene que “el laudo no nos preocupa”, la que sería la última baza del Ejecutivo para devolver el orden a El Prat. Con ella, los trabajadores se someterían a un arbitraje externo que firmaría un acuerdo cerrado sin opción a contrarréplica. “Hecha la ley, hecha la trampa. Habrá que poner otra huelga”, replica ante este hipotético escenario.

Vigilantes de Eulen antes de entrar a votar en asamblea el jueves / EFE- Quique García



"UN SUELDO QUE SUPERE LOS 1.000 EUROS"

Desde la plantilla, defienden que todavía quedan flecos por pactar y recuerdan que las exigencias no son más que mejoras laborales y salariales antes las condiciones de trabajo. “Piden poder ir al lavabo, comer, hacer vida normal con un sueldo que pase de los 1.000 euros".

Este domingo se sabrá si bajas armas o por el contrario, están dispuestos a mantener el pulso al gobierno y a la dirección de Eulen. Un último pulso en la última convocatoria de paros parciales que devolverás las colas y la inquietud al aeropuerto barcelonés.

 

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