Las principales autopistas que rodean la ciudad de Barcelona dejarán de ser de pago en 1 de septiembre de 2021. Esa es la intención que ha hecho pública el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, quien ha asegurado que las concesiones que vencen durante la presente legislatura no serán renovadas.
Aunque en principio esta decisión, que el ministro ha hecho pública en una entrenvista a El País, no influye, de entrada, a las dos principales autopistas de peaje que más afectan a los ciudadanos de Barcelona, la AP-7 y la AP-2, sí se sienta un precedente que será muy difícil que el ejecutivo que esté en el gobierno en el 2021 no apueste por mantener.
De hecho, la concesión de los tramos de ambas autopistas que afectan a la ciudad de Barcelona, los tramos de la AP-7 entre Tarragona y La Jonquera y Montmeló-El Papiol, y de la AP-2 entre Zaragoza y el Mediterráneo no finalizan hasta el 31 de agosto del 2021, pero parece muy complicado prorrogar las concesiones del peaje en estas vías cuando la mayoría del resto de las concesiones no han sido renovadas.
La desaparición de los peajes en estas autopistas ha sido una reivindicación tanto de los diferentes alcaldes de Barcelona de los últimos años como del Govern de la Generalitat, ya que se considera que la gratuidad de estas vías facilitará el crecimiento de la economía. También se han llevado a cabo algunas acciones, como el movimiento “no vull pagar”, que ha reclamado la desaparición de los peajes en la autopistas catalanas, tanto las de propiedad estatal como las de propiedad de la Generalitat.