El nuevo Bicing tiene puntos a favor, pero otros en contra. A tener en cuenta: el inicio será caótico. La puesta en marcha –por parte de UTE 'Pedalem Barcelona'– constará de dos fases: la de substitución, del 8 de enero a mediados de abril, y la de ampliación, desde abril hasta finales de 2019. La primera fase, que supone un “reto”, consistirá en sustituir las 424 estaciones actuales por las del nuevo servicio sin interrumpirlo.

Durante ese periodo, se podrá utilizar la misma tarjeta para usar los dos sistemas, aunque la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha advertido que los usuarios solo podrán usar las estaciones de origen y destino del mismo sistema: "Los usuarios deberán planificar e informarse antes del desplazamiento de las estaciones disponibles".

En la fase de ampliación, más tranquila, se implantará la opción de reserva anticipada y el acceso al servicio vía tecnología NFC, y también se incrementarán las estaciones y el número de bicis eléctricas: 300 estarán disponibles cuando finalice la primera fase, pero la cifra se ampliará cuando entren en servicio las 95 nuevas estaciones previstas.

EL ABONO SERÁ MÁS CARO

Por otro lado, será algo más caro. El abono anual pasará de 47,16 euros a 50. La tarifa permitirá el uso de bicis eléctricas a 0,35 euros el minuto, mientras que la tarifa anterior requería pagar un suplemento de 14 euros si se quería usar el modelo eléctrico y una fracción de 0,45 euros el minuto.

El nuevo Bicing, tal como anunció el consistorio de Ada Colau, funcionará 24 horas los 365 días del año. Habrá un total de 519 estaciones mixtas para bicis mecánicas y eléctricas indistintamente. La alcaldesa ha comentado que las nuevas bicis, más robustas, seguras y ergonómicas, tendrán un chasis común, y las eléctricas se diferenciarán de las mecánicas por la incorporación de un equipo de asistencia eléctrico, por lo que se podrá incrementar su número si la demanda lo precisa. En total habrá cerca de 7.000 bicis disponibles y 1.000 de ellas serán eléctricas.