Nueve estaciones del metro no son aptas para discapacitados

Los usuarios del transporte público de Barcelona con problemas de movilidad prefieren utilizar el autobús antes que el metro. Por una sencilla razón, el 100% de la red de buses está adaptada, mientras que algunas de las principales estaciones del suburbano todavía no lo son.

El horizonte previsto para que la red de metro esté completamente adaptada a personas con movilidad reducida se fija en el 2023, según anunció el Departamento de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya en octubre de 2017. La Conselleria aprobó un presupuesto de 248 millones de euros para  el proyecto, que por el momento no ha avanzado.

Actualmente, el metro cuenta con dos estaciones en fase de obras para la implementación de ascensores que permitan el acceso, Vallcarca y Jaume I. Los trabajos en la parada del distrito de Gràcia finalizarán en 2020, mientras que los de Jaume I en los próximos meses, pues ya se ha inaugurado uno de los dos elevadores que deberán conectar las vías con la superficie.

ESTACIONES CON INTERCAMBIADORES

A parte de estas estaciones, todavía quedan por adaptar algunas de las más importantes, las que cuentan con más de una línea, como son Plaça de Sants, Espanya, Urquinaona, Clot, Maragall y Verdaguer.

Todas estas estaciones dificultan la movilidad de los usuarios al unir dos líneas de metro diferentes mediante intercambiadores que no están adaptados para una persona en silla de ruedas, por ejemplo. Uno de los ejemplos más claros es la estación de Maragall, en la que los escalones son constantes para cambiar de la línea azul a la amarilla.

CIUTADELLA

También están pendientes de adaptar con ascensores la estación de Ciutadella-Vila Olímpica, en la línea 4 del metro, una de las más utilizadas por las personas que se quieren desplazar a la playa a pasear.

En total, todavía quedan nueve estaciones de metro que no son aptas para las personas con movilidad reducida. Dos ya están en obras, pero no se conoce el calendario para adaptar las otras siete, más allá de la promesa de la Generalitat de que los trabajos estén listos en 2023.