Los trabajadores del Metro de Barcelona siguen con su guerra contra la presencia de amianto en el suburbano y señalan a un culpable: el gobierno de Ada Colau. Durante este lunes de huelga, los empleados de TMB se han dirigido a la sede de Barcelona en Comú, la han rodeado con una cinta simulando su precinto y han colocado carteles con el mensaje Perill, amiant en comú y Amianto mata. Cuando han llegado a la sede del partido de Colau se la han encontrado cerrada a cal y canto, con las persianas bajadas para evitar las protestas de los trabajadores.
La manifestación, a la que han asistido unos 200 trabajadores, ha transcurrido sin incidentes por la avenida Meridiana hasta llegar a la calle Marina, donde se encuentra la central de los comunes. Ahí han vaciado una bolsa de harina como si fuera amianto y han lanzado petardos, en un ambiente reivindicativo y pacífico. Durante la protesta, los manifestantes han pedido a gritos la dimisión del consejero delegado de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Enric Cañas.
SEGUIMIENTO DE LA HUELGA
Los trabajadores protestan contra la gestión que Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) está haciendo de la presencia de amianto en elementos de la red, motivo por el que han convocado una jornada de huelga este lunes, con paros en cada uno de los tres turnos. El comité de huelga ha estimado el seguimiento del paro en más de un 90% durante esta mañana.
Las protestas y huelgas seguirán durante este mes de mayo, en plena campaña electoral de las municipales. El Ejecutivo de Ada Colau ha tenido varios frentes abiertos con los trabajadores de TMB, el último de ellos, marcado por la crisis del amianto en el suburbano. La concejal de Movilidad, Mercedes Vidal, muy impopular entre los empleados del Metro, ya ha anunciado que no repetirá en el cargo el próximo mandato, así como tampoco aparece en la lista electoral presentada por Ada Colau.