La propagación del virus de Wuhan altera el uso de transportes públicos en la ciudad de Barcelona. El temor al coronavirus ha hecho que esta misma mañana se cifre en un 8% menos la circulación de pasajeros en el metro, el autobús o los trenes de Rodalies o Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya. 

En una comparecencia, portavoces del ejecutivo catalán argumentaron ayer su total confianza en que las aglomeraciones en el transporte público bajarían de forma natural por la reducción de la movilidad obligada, es decir los desplazamientos hacia el trabajo o hacia los centros lectivos. 

MENOS CIRCULACIÓN DE PASAJEROS EN EL TRANSPORTE PÚBLICO

Meritxell Budó, consejera de la Presidencia y portavoz de la Generalitat de Catalunya, expuso que la previsión era la de una "disminución de usuarios en las horas punta". El gobierno estima que el aumento de teletrabajo, la suspensión de clases en escuelas y universidades, la cancelación de actividades y la conciencia social frenarán la masificación en el transporte.

Budó argumentó que garantizar la limitación de aforo al 30% de la capacidad de cada vehículo era "muy complejo" y que por lo tanto se había descartado como medida alternativa para frenar la curva de contagiados por el virus de Wuhan. Por eso especificó que "con menos movilidad obligada conseguiremos un transporte público con menos gente, que es la finalidad". 

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