El taxi está asfixiado. La caída de la demanda, que se ha convertido en una constante desde el inicio de la pandemia de coronavirus y que se ha mantenido, incluso, durante los meses de verano, han llevado al sector a una situación límite. Pese a que para el pasado mes de agosto se consiguió un pacto de autorregulación que dismunuyera la oferta para garantizar una mínima facturación, septiembre se presenta mucho más complicado para los conductores.
El acuerdo del pasado mes no se ha podido reeditar al no alcanzarse un pacto sectorial, lo cual deja a los trabajadores a dependencia de la demanda si el Institut Metropolità del Taxi (IMET) no actúa de manera inmediata.
ORGANISMO COMPETENTE
Las principales asociaciones de taxistas que operan en Barcelona y su área metropolitana recuerdan conjuntamente la necesidad de regular la oferta e incentivar la demanda, pero destacan que es una competencia única y exclusiva del IMET "como organismo público responsable de la gestión y administración del servicio de taxi en el AMB".
Es precisamente este organismo el que, una vez más, ha ignorado a los conductores tras no haber respondido a una instancia presentada el pasado 20 de agosto, en la que se demandaba una "regulación ordenada" que les "amparase legalmente en septiembre".
Pese a no dar respuesta inmediata a la petición, el ente ha convocado a las asociaciones a una reunión este martes en la que se determinará el futuro a corto plazo del servicio.
PLAN DE RESCATE
En la reunión que transcurrirá durante la presente jornada, el sector exigirá un plan de rescate en el que, más allá de la regulación, se incluyan "medidas de apoyo económico y de impulso de la demanda".
En la misma línea, los taxistas esperan contar con la garantía de que "la Generalitat cumpla los compromisos respecto a las medidas de control de VTC".
QUIEBRA
En caso de no obtener la respuesta esperada este martes, el taxi baraja todas las posibilidades, incluyendo posibles "movilizaciones" desde este mes en adelante y otros "actos de presión". En este sentido, recuerdan que "el sector se encuentra en una situación de quiebra y el futuro a corto plazo de 15.000 familias está en juego".
El Secretario de la Unión de Barcelona del STAC, Jaime Sau, ha advertido en reiteradas ocasiones que el taxi se encuentra "bajo mínimos" y ahora, tras meses con una demanda mínima y sin soluciones por parte del organismo metropolitano, asegura que "los ánimos están muy caldeados" entre los taxistas.
El STAC, que siempre ha defendido la conveniencia de reeditar el pacto sectorial, ha recordado que sus servicios jurídicos "siguen estudiando la mejor vía para reclamar todos los perjuicios derivados de la inacción del IMET como máximo responsable de garantizar la viabilidad económica del taxi" en la capital catalana y su área metropolitana. Además, ha destacado que en caso de no lograr un acuerdo, "el conflicto será inevitable y de consecuencias imprevisibles".