Recientemente el Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado que se han acabado las recargas gratuitas para los vehículos eléctricos. A partir del 18 de enero la red pública Endolla Barcelona empezará a cobrar a sus usuarios por las recargas. El gobierno municipal pone fin, así, a una trayectoria de años en los que ha ofrecido energía eléctrica sin coste para promover el uso de vehículos eléctricos. Además lo hace con unos precios que en lugar de incentivar el uso de este tipo de vehículos, disuaden de hacerlo.
SISTEMA TARIFARIO COMPLEJO
El sistema tarifario ideado por el consistorio es complejo y depende de múltiples variables. Algunas de ellas son la frecuencia de uso (mediante suscripción anual o pagando por cada recarga), el tipo de vehículo que se conecta (moto o coche), el tipo de usuario (profesional o particular), la hora en la que se recarga (de día o de noche) o el tipo de carga (normal o rápida). Eso sí, como oferta de lanzamiento, el Ayuntamiento promociona un descuento del 50% para las suscripciones anuales en los contratos hechos hasta el 30 de junio.
PRECIOS "ABUSIVOS"
Lo precios oscilan entre los 0’22 euros el kWh, en el caso de una carga nocturna normal en puntos situados en aparcamientos B:SM, hasta 0’49 euros el kWh por una carga rápida de uso esporádico de día en la calle. Así, la recarga de un coche híbrido medio puede costar alrededor de seis euros y la de un eléctrico, unos 25 euros. Un coste, que los usuarios del servicio consideran abusivo.
“El ayuntamiento quiere penalizar el uso del vehículo privado aunque sea no contaminante, y quiere que utilicemos el transporte público o andemos. Pero la contaminación no les importa, es solo una excusa, porque si te importa no puedes poner unos precios fuera de mercado. Un coste de 0’49 €/kWh es para penalizar ”, comenta a Metrópoli Abierta Marc Belzunces, usuario de moto eléctrica desde hace seis meses.
Para sostener su argumento, Belzunes pone de ejemplo la tarifa de carga que ofrece Tesla, que es de 34 céntimos el kW hora. La líder indiscutible mundial en el mercado del vehículo eléctrico también cuenta con una red de recarga de alta velocidad, que es un tipo de carga que siempre es más cara por la infraestructura que requiere. “Tesla dice que no quiere hacer negocio con la carga, pero tampoco quiere perder dinero. Si ni gana ni pierde, 34 céntimos es el precio justo del valor más caro de carga. ¿Entonces, por qué el Ayuntamiento, que es un ente público, cobra más? Porque quiere penalizarlo”, sostiene.
USUARIOS INDIGNADOS
En este contexto, este jueves la Federació Catalana de l'Automoció (Fecavem) y el Gremi del Motor de la provincia de Barcelona han expresado su descontento frente al nuevo sistema. Se ha avisado a los usuarios del servicio con poca antelación y mediante un escueto mensaje, por lo que ven "con sorpresa e indignación" que este mismo mes se les empiece a cobrar por la recarga de sus vehículos.
En un comunicado, ambas entidades han lamentado que no se les "tenga en cuenta" a la hora de tomar este tipo de decisiones y han pedido que la transición se pueda hacer compatible con los derechos y obligaciones de todo el mundo.
PARADOJAS
Y es que realmente parece que no se hayan tenido en cuenta las necesidades de los usuarios porque las tarifas ideadas dan lugar a situaciones bastante paradójicas. “Solo con los 25 euros de suscripción (coste de electricidad a parte) que pide el Ayuntamiento en el caso de las motos, cargo la moto en casa para seis meses. La suscripción no sale a cuenta, porque el gasto anual de una moto eléctrica en electricidad es de unos 50 euros”, señala Belzunces. Por tanto, comenta que continuará recargando la moto en casa a 0’15 o 0’25 euros/kWh, frente a los 0’49 euros/kWh que cobra el Ayuntamiento en algunos casos, y que suponen el doble del precio comercial.
Belzunces no se opone a pagar por este servicio, pero opina que debería cobrarse un precio más asequible. Según apunta, no está justificado un coste tan elevado, sobre todo en el caso de las motos. Bajo su punto de vista tiene sentido que la carga de alta velocidad sea más cara por la infraestructura que requiere y porque la potencia es más elevada. Pero no se entiende que se haga pagar un precio tan alto a las motocicletas, porque la mayoría utilizan la carga lenta.
Según Héctor D. Rodríguez, secretario de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE), hay muchas ciudades que ofrecen recarga lenta gratuita, al igual que lo hacen muchos centros comerciales o supermercados. En Santa Cruz de Tenerife, por ejemplo, el Ayuntamiento tiene más de 20 puntos de recarga en la vía pública que son gratuitos. Y en toda la isla, apenas hay tres o cuatro que sean de pago.
COMPARATIVA
Si se comparan los precios que implementará Barcelona con los que rigen en Madrid, líder en número de vehículos eléctricos matriculados en España, vemos cómo la tarifa madrileña más alta es inferior a la barcelonesa.
Los servicios de recarga eléctrica en Madrid se dividen en los que se encuentran en la vía pública y los que forman parte de la red de EMT (Empresa Municipal de Transportes S.A.), entidad que realiza un papel activo en la promoción de la movilidad eléctrica en la ciudad. Los puntos de recarga rápida en la vía pública tienen un coste aproximado de 0'45 euros/Kw, y en los puntos de la EMT las tarifas van de los 0'35 a los 0'40 euros el kWh.
Aún así, cabe apuntar que los precios de carga son muy variados tanto a nivel estatal como a nivel europeo. Según comenta el secretario de AUVE, “hay un poco de todo” porque depende de los gestores de recarga. En relación al panorama europeo, Rodríguez señala que “Francia, Alemania e Italia suelen cobrar todos 0'45 €/kWh de carga en Corriente Alterna (AC) y 0'60-0'70 €/kWh de carga en Corriente Continua (DC). Pero luego hay excepciones como Holanda, con precios de 0'25 €/kWh, o Dinamarca con 0'60 o hasta 0'9 €/kWh en AC. En muchos sitios de Francia se cobra a 4€ la hora. 0'80 €/kwh en toda Europa de Ionity. Por lo general siempre más caro que aquí, pero con excepciones. Mucha variabilidad, y muchos sitios con suscripciones anuales para reducir precios”.
MÁS ALLA DE LAS TARIFAS
Si bien es cierto que algunos países europeos ofrecen tarifas más elevadas, muchos también dan ventajas para propiciar la implementación del vehículo eléctrico y llevan a cabo políticas para que el uso de este tipo de coches sea una realidad. Amsterdam, por ejemplo, prohibirá la circulación de cualquier coche o moto, ya sea diésel o gasolina, a partir del 2030. Para ello, va a incrementar notablemente el número de estaciones de recarga, para que en 2025 su número se sitúe entre los 16.000 y 23.000. Y parece que va en buen camino.
A raíz de la polémica que se ha generado por la eliminación de la gratuidad de carga en Barcelona, ha circulado por Twitter un tweet de un usuario que asegura que todas las ciudades deberían imitar el modelo de Amsterdam: “Compré un Tesla en Amsterdam. Apliqué para un punto de carga público. Tres días después tuve la confirmación de que sería instalado fuera de mi casa en unas semanas".
En ese sentido, a favor del consistorio barcelonés hay que decir que ha mantenido las bonificaciones en las tarifas de estacionamiento de la zona azul y el Impuesto Especial sobre los vehículos de tracción mecánica, algo que desde Fecavem y el Gremi del Motor han agradecido. Pero parece que en el ámbito tarifario ha optado por poner palos en las ruedas a los usuarios de coches eléctricos.