Hasta un 54% de los accidentes en los que se ve implicada una bicicleta ocurren en las intersecciones, según estudios recientes del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y el Institut d'Estudis Regionals i Metropolitans. De hecho, la prioridad en los giros es de los bicis y los peatones frente a los vehículos motorizados. Pero el caso omiso a las señales de tráfico que así lo indican a menudo acaba en siniestro.

Por este motivo, el Ayuntamiento ha decidido empezar a instalar elementos de alerta en las intersecciones más peligrosas. Como la de la calle Aragó con la avenida Meridiana, en la que confluyen varias calzadas, dos carriles bici y el paso de peatones. El consistorio ha colocado ahí una "alfombra roja" para avisar a los conductores, además de un semáforo en ámbar intermitente. Medidas insuficientes para el Bicicleta Club de Cataluña (BACC).

En declaraciones a betevé, su presidente, Carlos Benito, ha exigido medidas que vayan más allá, como la obligatoriedad de reducir la velocidad de los coches en determinados tramos o realizar campañas de sensibilización. Especialmente en las zonas en las que han detectado unas mayor tasa de accidentes de este tipo. Esto es la Diagonal, la Gran Via, plaza Espanya y el Paral·lel.

OTRAS CRÍTICAS

Los ciclistas se quejan también del riesgo que corren en el carril bidireccional de la calle Diputació. Primero, porque es tan estrecho que dificulta que dos bicicletas puedan pasar a la vez en ambos sentidos y provoca que se golpeen los manillares, sin querer, entre ellos. Y además porque a menudo están ocupados –los carriles de esta calle y del resto de la red– por mobiliario urbano y terrazas de bares y restaurantes, que imposibilitan la circulación.

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