A simple vista, parece un autobús normal. Doce metros de longitud, tres puertas para la subida y bajada de viajeros y capacidad para 87 pasajeros a bordo son su carta de presentación.
Si uno se fija bien, podrá incluso ver cómo de su tubo de escape emanan gases, confundiéndose entre el resto de vehículos contaminantes de la ciudad. Pero no hay razones para preocuparse: se trata de vapor de agua. Con su pila de combustible de Toyota, alimentada por cinco tanques de hidrógeno, el H2 City Gold LHD es capaz de recorrer hasta 400 kilómetros sin emisiones contaminantes.
Llegarán siete autobuses más
Se trata del primero de los ocho vehículos que se incorporarán en 2022 a la flota de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y que solo podrá dar su servicio cuando haya completado su proceso de alta, que incluye las pruebas sin pasajeros.
Las estimaciones dicen que cada uno de estos vehículos necesitará 20 kilos diarios de hidrógeno para poder realizar la jornada sin repostar. Los cinco tanques, en cualquier caso, tendrían capacidad para almacenar hasta 37´5 kilos de hidrógeno.
Una hidrogenera verde para el repostaje
El suministro de este se realizará en la Zona Franca de Barcelona, cerca de las cocheras donde duermen los autobuses, donde se ha puesto en marcha la primera planta verde de hidrógeno en España.
La hidrogenera está impulsada por la TMB, aunque es propiedad de Iberdrola, y su objetivo es no sólo abastecer de hidrógeno a los ocho autobuses de Barcelona, sino a más flotas de la periferia industrial de la ciudad para consolidar la zona como un hub de hidrógeno verde pionero.