El túnel de Glòries en sentido Llobregat abrirá el 3 de abril

Ya hay fecha. La noche del 2 al 3 se pondrá en marcha la circulación por el túnel de Glòries en sentido Llobregat. La actuación permitirá soterrar el actual tráfico rodado que todavía circulaba por la superficie, generando un espacio libre de coches. 

Esta actuación, que se inició en 2014 con la deconstrucción del antiguo anillo vial, permitirá que el tráfico que actualmente circula por el exterior lo haga por los túneles y así generar en la superficie "un nuevo espacio para la ciudadanía libre de coches".

Entre las calles Bilbao y Padilla los vehículos no podrán circular por la Gran Vía y sólo se permitirá el paso al tráfico a los vecinos, servicios, transporte público y vehículos de emergencia.

MODIFICACIÓN DEL TRÁFICO

A última hora del sábado la Guardia Urbana de Barcelona iniciará los desvíos y empezarán los trabajos de implantación e la nueva configuración viaria. Está previsto que acaben a lo largo de la noche, por lo que el túnel en sentido Llobregat estará plenamente operativo a las 8:00 horas del domingo 3 de abril.

Con esta nueva configuración, los vehículos que circulen por el túnel tendrán la opción de subir por la calle Padilla o por la calle Marina. En línea recta, por la Gran Vía, sólo podrán circular los buses.

El túnel, de casi un kilómetro, está formado por dos tubos independientes unidireccionales con dos carriles para el transporte privado y uno para el transporte público, y sigue el trazado de la Gran Vía de les Corts Catalanes.

Interior del túnel de Glòries en sentido Besòs / David Zorrakino - Europa Press

CAÍDA DE VEHÍCULOS

Desde la deconstrucción del antiguo anillo vial, se han desplomado los vehículos que circulaban por este ámbito, pasando de los 95.000 diarios --45.000 en sentido Llobregat y 50.000 en sentido Besòs-- a los 78.000 vehículos diarios actuales --43.000 en sentido Llobregat y 35.000 en sentido Besòs--.

OBRAS

En 2015, la obra del túnel de Glòries salió a licitación con un presupuesto de 65.630.520 euros, aunque se adjudicó por 49.675.740 euros, muy lejos del límite de 192,3 millones que acabó aprobando el gobierno capitaneado por la alcaldesa Ada Colau en 2019.