Salvador Rueda, sobre las superillas de Colau: “Son ineficientes”

Una vuelta de tuerca, con el convecimiento de que Barcelona debe actuar, y rápido, pero no con los planteamientos de la alcaldesa Ada Colau. Hace falta consenso, pero también, un modelo ambicioso y efectivo. Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, lo ha dejado claro en Foment, en un acto organizado por Rethink Barcelona. A su juicio, las superillas de Colau “son ineficientes”.

Lo que señala Rueda es que el plan inicial del Ayuntamiento de Barcelona, de grandes superillas, ha dejado paso a “ejes verdes” que no son la solución ante lo que llega: un progresivo calentamiento global, con una particular incidencia en las grandes ciudades, con una congestión y problemas de movilidad importantes.

La alternativa pasa por un proyecto de mayor alcance, por superillas de 400 metros, que liberen mucho más espacio. Lo que ha proyectado Salvador Rueda supondría reducir la movilidad del automóvil privado en “sólo un 15%”, con “siete millones de metros cuadrados liberados”, y con una reducción de hasta 700 muertes de las 1.000 que se producen cada año en Barcelona por la contaminación.

Los dos problemas que se plantean en la ciudad son de doble naturaleza. “Hay un problema de hábitos, de habituarse a una nueva forma de vivir y de moverse en la ciudad, y un problema político”. Es decir, que Barcelona sea capaz de consensuar un plan entre todas las fuerzas políticas y las entidades sociales y económicas.

Pantalla con las mejoras que se conseguirían con el modelo de Salvador Rueda / MA

A lo largo de la historia, Barcelona se ha transformado a partir de decisiones que han llegado desde el exterior. Rueda considera que las superillas, “bien entendidas”, debería ser la demostración de que desde Barcelona se puede transformar la ciudad, con medidas adoptadas por los propios interesados. “Se transformó la ciudad con el Plan Cerdà, decidido en Madrid, con las exposiciones universales, desde París, o con los Juegos Olímpicos, que se decidieron en Lausana”, ha remachado, para destacar la oportunidad, que, a su juicio, se abre ahora.

El problema urbanístico en Barcelona, por tanto, parte de tres realidades: lo que existe ahora y que, con algunas modificaciones, podría resultar válido, que es la posición que defiende el arquitecto Josep Acebillo; los ejes verdes o superillas que se localizan en el Eixample, y que es el plan de Colau, y lo que plantea Salvador Rueda, desde la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, que exigiría “ambición y consenso”.

"NO ESTIGMATICEN LAS SUPERILLAS"

Rethink Barcelona, que lidera Fèlix Riera desde Foment del Treball, busca soluciones para una mejor gobernanza de todo el área metropolitana de Barcelona, y da voz a actores que están comprometidos con las necesarias transformaciones. Para Salvador Rueda, que se ha explicado a partir de las preguntas formuladas por la periodista Elisenda Roca, ha recordado que Barcelona tiene hasta 96 noches al año con temperaturas de más de 20 grados, y 20 noches con el termómetro por encima de los 25 grados. ¿Qué hacer? “Árboles y pavimentos impermeables”. ¿Y el coste? “Es asumible, y ganaríamos todos, porque con 300 millones de euros se podría acometer, un plan, además, equitativo para toda la ciudad, para todos los barrios, y no únicamente para el centro, para el Eixample”.

¿Lección? Salvador Rueda, en el auditorio de Foment, lo ha dejado claro: “No estigmaticen las superillas”. Pero no las que plantea Colau.