El incremento del espacio para la bicicleta en Barcelona continúa su avance. La inversión millonaria en los últimos años del Ayuntamiento para aumentar la red ciclista barcelonesa ha venido acompañada de otras medidas, como trabajos de mantenimiento en los carriles existentes y la ampliación de las vías ciclables en la ciudad.
La calle de Ferran, en el Gòtic, responde al último caso. Esta vía de Ciutat Vella concentra una elevada cifra de viandantes y resulta necesaria para la carga y descarga dentro de su horario, pero su reconversión para el paso ciclista ha creado un conflicto en la movilidad de la zona.
Los comerciantes denuncian el caos que ha supuesto el establecimiento de esta vía ciclable mediante la implementación de pequeños pictogramas en la zona central de la calle, y lamentan que el consistorio no les haya dado voz antes de realizar una modificación tan significativa.
PROBLEMA DE CONVIVENCIA
Teresa Llordés, presidenta de BarnaCentre, explica que el cambio ha resultado una molestia para "comerciantes, peatones y algunos ciclistas", ya que ha generado un "problema de convivencia". Además, insiste en la falta de participación de los comerciantes en el proceso al ser convocados a reuniones "informativas" después de que el consistorio hubiera anunciado la "fecha de implementación".
"La imagen de las bicicletas circulando en la calle no es idílica, hay muchos conflictos con éstas y patinetes, sobre todo con los riders" expresa Llordés, quien insiste en que se ha "sobredimensionado el uso de la calle". Respecto a los pictogramas implementados para visibilizar la vía ciclable, asegura que "no son demasiado visibles y se han completado con una señalética que es confusa".
La presidenta subraya que la nueva disposición "no favorece al peatón ni al comercio presencial", y recuerda que se producen actitudes incívicas por parte de los ciclistas como "subidas a la acera" y circulación en "paralelo". "La calle ha sufrido mucho con la pandemia. Entendemos que actuar de esta manera no prioriza cuestiones importantes y desgasta la convivencia en el centro de la ciudad", sentencia.
"ES UN CAOS"
Enric, comerciante de la calle de Ferran, afirma que "no tiene ningún sentido hacer un carril especial solo para bicicletas", especialmente cuando "ya hay accidentes en la calle y se ha ejecutado sin realizar estudios previos".
La falta de "regulación" y la incapacidad municipal para "hacer cumplir la normativa" a los ciclistas, especialmente a los de servicios de delivery, provoca que esta modificación haya desatado un "caos" en la céntrica calle barcelonesa, explica Enric.
"Hay problemas que no se solucionan, como la inseguridad, la suciedad y la venta de droga, y el Ayuntamiento genera más problemas sin consultar a nadie. Hay una mediocridad total en la gente que gobierna", añade.
"AUTOPISTA DE BICICLETAS"
Àngels, que también regenta un negocio en esta vía del Gòtic, asegura que esta modificación ha provocado el establecimiento de una "autopista de bicicletas" en la calle de Ferran. En este sentido, destaca el incivismo de los ciclistas que frecuentan la zona: "Dan golpes a la gente y van por donde quieren. Una bicicleta llegó a entrar en el vestíbulo de la tienda", afirma.
La comerciante subraya que desde el consistorio se aseguró que habría "agentes controlando e informando" sobre la vía ciclable, un hecho que a la práctica no sucede. "El Ayuntamiento no responde a nuestras inquietudes", remarca.
Al margen de la problemática con esta modificación en la movilidad de la calle, Àngels incide en que "el barrio está dejado", algo que queda plasmado en la "suciedad" del Gòtic.
EJE TRANSVERSAL
La creación de la vía ciclable en la calle de Ferran, que permite a los ciclistas circular en ambos sentidos de la marcha, es una "prueba piloto", dijo el gerente de Infraestructuras, Manuel Valdés.
La finalidad del Ayuntamiento es mantener este tramo como parte de un eje transversal ciclista que conecte la avenida del Paral·lel con el paseo de Picasso.